Al hablar de alfalfa (Medicago sativa) es fácil relacionarla como el alimento propio de ganado y animales; sin embargo, también hay que recordar que es un producto con importantes aportes nutricionales para los seres humanos que debemos contemplar como parte de nuestra dieta diaria.
El consumo humano de la alfalfa más común es el brote tierno (germinado). Consumirla de esta manera aporta el triple de calcio que la leche, fósforo, provitamina A, vitaminas C, B y K, clorofila, aminoácidos y fibra vegetal.
En los hogares es muy fácil contar con brotes de alfalfa si se siguen las siguientes indicaciones:
- Remojar durante toda una noche semillas de alfalfa. Se recomienda que se adquieran de buena calidad para garantizar su germinación.
- Al día siguiente se deben enjuagar las semillas escurriendo bien toda el agua, para lo cual es más práctico usar un colador.
- Durante los próximos tres o cuatro días, se deben enjuagar y escurrir bien las semillas dos o tres veces al día y tapando el recipiente con un trapo grueso; esto para mantenerlas a oscuras.
- Al cabo de un máximo de cinco días, ya estarán bien germinadas y de un color amarillo, que es cuando se deberán de enjuagar y ser colocadas en un lugar con luz, sin que les dé directamente, lo que en menos de media hora les dará ese color verde característico.
El germinado de alfalfa se consume generalmente en fresco y crudo, en ensaladas, sándwiches y agua fresca, aunque también se pueden hacer sopas, guisados y ¡hasta tortillas!
Beneficios para la salud:
1. Fortalece el sistema inmunitario:
Debido a su contenido de nutrientes esenciales, la alfalfa es un alimento que contribuye a fortalecer el sistema inmunitario. De hecho, en un estudio realizado por la Institución Educativa 1182 El Bosque, en Lima (Perú), se determinó que podría ayudar a incrementar los leucocitos, una parte esencial del sistema inmunitario que ayudan a combatir infecciones y enfermedades. No obstante, aún es necesaria más evidencia.
2. Apoya la salud metabólica
En la medicina tradicional se ha utilizado la alfalfa como un agente antidiabético y antihiperlipidémico. Si bien las evidencias en humanos son limitadas, en este estudio realizado por la Universidad de El Cairo (Egipto) se encontró que los suplementos con alfalfa pueden regular los niveles de colesterol y los niveles altos de azúcar en sangre.
3. Contribuye a prevenir la anemia
Gracias a su modesto aporte de hierro, la alfalfa puede ser beneficiosa para los pacientes con anemia. Coincidiendo con una investigación del Knight Cancer Institute (Estados Unidos), la deficiencia de hierro es una de las causas más comunes de anemia. Por eso, conviene asegurar su consumo a través de la dieta.
4. Mitigar los síntomas de la menopausia
Esto se debe a los fitoestrógenos contenidos en la alfalfa. Estos ayudan a controlar el desequilibrio de estrógenos en el organismo. Si bien no hay investigaciones exhaustivas al respecto, un estudio realizado por una universidad de Italia, se encontró que los extractos de salvia y alfalfa fueron capaces de controlar los sudores nocturnos y los sofocos en 20 mujeres.
5. Disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares
Una investigación realizado por la Universidad Isfahan (Irán) señala que el consumo de alfalfa dentro de una dieta saludable puede tener efectos preventivos sobre la progresión de la formación de estrías grasas en las arterias. Gracias a esto, también supone un buen complemento para prevenir las enfermedades cardiovasculares.
6. Mejorar la salud de la piel
Según este estudio realizado por la Universidade Federal do Río Grande do Sul, debido a su alto contenido en antioxidantes y cumarinas, este alimento es perfecto para lucir una piel bella y radiante. En general, contribuye a reducir los efectos del estrés oxidativo, principal causa del envejecimiento prematuro.
Fuente: Mejor con Salud