Las elevadas temperaturas típicas del norte de nuestro país afectan a las producciones pecuarias haciendo caer sus rindes, y la actividad lechera no es la excepción, que a su vez se está viendo afectada en sus márgenes por el aumento en los precios de los granos.
Consultado por Suena a Campo, el Ing. Zoot, Juan Carlos Cisint explicó que se trata de 5 meses en los cuales los valores de temperatura y humedad atmosférica provocan en los animales de altísima producción e importante actividad metabólica un estrés calórico que repercute directamente en la producción y en la reproducción.
Los animales que se encuentran en condición crítica manifiestan el estrés con jadeo, respiración acelerada, búsqueda de sombra y viento para poder disipar y eliminar el calor corporal. Sin embargo, el especialista señaló que se debe evitar llegar a esta situación. “Si los pronósticos y los datos climáticos de la zona anuncian elevadas temperaturas, debemos procurar implementar técnicas para mitigar ese efecto en los animales” añadió.
Para lograr lo mencionado, los tambos deben contar con sistemas de refrescado de los animales. Cuando los animales se encuentran a campo, es sumamente importante contar con sombra ya que la radiación solar directa también contribuye de manera importante en el estrés calórico. Lo más indicado es la sombra natural que brindan los árboles, pero en corrales de escasa superficie, donde es difícil contar con árboles, se puede utilizar media sombra u otra alternativa de sombra artificial.
Por otro lado, los sistemas de refrescado son la mejor opción. Se utilizan, en el corral de espera, es decir previo al ordeño, aspersores similares a los que se utilizan para regar los jardines, acompañado de ventiladores. Lo indicado por el ingeniero, es que, además del momento previo al ordeño, se elija otro momento del día, en especial en las horas más calurosas para refrescar una vez más a los animales en turnos de 40 a 50 minutos. “Es una tarea ardua que implica inversión” dijo.
Se debe tener en cuenta, además, que en animales con mayores niveles productivos será mayor el estrés que se genera ya que su metabolismo es aún más activo, lo que trae como consecuencia mayor calor corporal y mayor será el esfuerzo que debemos hacer desde el punto de vista económico en inversión para poder evitar que el animal llegue al estado crítico del que se habló.
En relación a la producción, Cisint explicó que, en situaciones de estrés, el animal descansa menos, en esta especie, descansar implica estar echado, rumiar y producir leche, es decir, que la producción disminuye considerablemente. Y en cuanto a la calidad, en días muy cálidos, las vacas tienden a consumir menos alimentos fibrosos ya que este tipo de alimento permanece más tiempo en el rumen para su digestión, lo que produce mayor incremento calórico. Esto repercute en los niveles de grasa y proteína de la leche y también podría traer aparejado, problemas de acidosis u otros disturbios ruminales.
“Se debe tratar de que los animales, en las horas más cálidas consuman alimentos con menos fibra como ser pasturas tiernas que no incrementen los niveles de calor metabólico, y los alimentos fibrosos como los henos sean ofrecidos durante las últimas horas del día” concluyó.
Por su parte, Hernán Sanna, Presidente de la Mesa de Lechería de la provincia, se mostró agradecido ya que, durante la pandemia, los productores tamberos pudieron llevar adelante sus actividades de manera casi normal por tratarse de una actividad esencial. Sin embargo, manifestó que se presentaron algunos inconvenientes en lo que respecta a gestiones administrativas y de comercialización.
Por otro lado, debido a la paralización del turismo, las economías regionales de productos artesanales derivados de la leche como ser quesos criollos, quesillos, dulce de leche, etc., se ha visto desfavorecida haciendo caer los ingresos de muchas familias que se dedican a la manufactura de estos productos.
En relación a los costos de producción, Sanna comentó que la producción tambera se está viendo castigada por el aumento del dólar y en especial por el aumento en el precio de los granos a nivel internacional. “Pagamos los insumos en dólares y recibimos pesos por la producción, sumado a que, desde hace 8 meses el precio de la leche se encuentra estancado o sufriendo variaciones insignificantes de alrededor de 40 centavos por litro de leche” dijo.
El dirigente expresó que el sector teme repetir experiencias pasadas donde los costos superaban los ingresos y los tamberos no tenían más opción que producir a pérdida ya que estos animales deben seguir siendo ordeñados sin importar las circunstancias.
Con respecto a las declaraciones del Ing. Zoot. Juan Carlos Cisint, Sanna comentó que las disminuciones en la producción por estrés calórico rondan hasta un 25 a 30% en los años más calurosos y que el punto débil para la producción lechera en Tucumán son las condiciones climáticas.
Destino de la producción de la Cuenca Lechera Tucumana
Según Sanna, aproximadamente un 55% de la leche se va de la provincia a las cuencas pampeanas, el resto, se procesa en dos industrias tucumanas grandes para la zona, pero no a nivel país. Por otro lado, existe otro mercado menor que es la elaboración de productos artesanales.
Actualmente la Mesa de Lechería provincial trabaja junto a instituciones como INTA, INTI, la Facultad de Agronomía y Zootecnia, la Secretaría de Agricultura Familiar, Dirección de Ganadería y Dirección de Alimentos con reuniones virtuales semanales lo que permite interactuar con el sector público para hacer escuchar al sector privado.
Entre los proyectos en marcha, el funcionario destacó el fondo rotatorio para lo productores. Se trata de un préstamo que en el transcurso de un año deberá ser reintegrado para poder ser otorgado a otro productor.
Otro de los planes importantes es el saneamiento de la cuenca que incluye a dos zoonosis como lo son la Brucelosis y la Tuberculosis. “Hoy no tenemos establecimientos con brucelosis y quedan muy pocos establecimientos con tuberculosis. Es muy importante tener una cuenca saneada pero no es una tarea fácil ya que se debe detectar a los animales infectados, eliminarlos del rodeo y luego reponerlos. En productores que tienen muchos animales infectados es una difícil decisión” explicó.