Hace una década, Fundación ProYungas creó el programa Paisaje Productivo Protegido.
Con 20 años de trayectoria, la fundación ProYungas cuenta con una visión proteccionista de los ambientes naturales, mantiene la idea de que las temáticas que los mantienen preocupados deben ser resueltas de la mano del sector productivo y no en contra de él.
En diálogo con Suena a Campo, su Presidente Alejandro Brown expresó que en este mes se celebran los diez años del programa Paisaje Productivo Protegido (PPP), creado con la visión de poner al sector productivo como parte de la solución de los problemas ambientales entendiendo, que además de todas las acciones que el sector productivo lleva adelante para mejorar su productividad, también en muchos casos tienen responsabilidad sobre espacios silvestres de sus propios predios que generan servicios ambientales y que puesto en valor, representan un activo dentro de su sistema.
Según el entrevistado este concepto de desarrolló hace diez años de la mano de un complejo agroindustrial azucarero, el ingenio Ledesma de Jujuy. Ledesma cuanta con una propiedad de unas 150 mil has de las cuales, 50mil se destinan a la producción de caña de azúcar y cítricos y las restantes 100 mil se mantienen como área silvestre. “Así visualizamos ese potencial que tiene el sector productivo de mantener importantes áreas con vegetación natural” dijo.
A este primer ejemplo se fueron sumando otras empresas del sector citrícola de Tucumán como San miguel, Citrusvil y Citromax, sin embargo, ProYungas trabaja para incluir en el programa PPP a más actividades agropecuarias como las actividad ganadera y agrícola de granos, por lo que recientemente ha sumado también a una cooperativa ganadera paraguaya.
En relación a los espacios, y territorios, expresó que busca llagar a la sociedad con un concepto unificado para que se entienda el rol que el sector productivo tiene a la hora de mantener los servicios ambientales siendo parte de la solución a esta problemática.
El programa integra áreas silvestres y áreas productivas en proporciones racionales, sin embargo, no son vínculos fijos. En el caso de Ledesma, la relación es 2-1, es decir que por cada dos hectáreas productivas, se conserva una hectárea silvestre. Esto no es un parámetro fijo, sino que depende del contexto y la historia de cada empresa.
Dentro del programa existe también, una empresa forestal que cuenta con 100 mil hectáreas silvestres, con una relación de 1-1 en la selva misionera.
“Se trata de poner en relieve el rol que el sector privado argentino tiene en el mantenimiento de los servicios ambientales. La gran mayoría de la población argentina es urbana, por lo tanto, no conoce en detalle los territorios del país y esta armonía que se puede generar entre la producción y los espacios silvestres, y es lo que buscamos visibilizar” añadió.
Entre los diferentes territorios, el entrevistado mencionó la ecoregión de Las Yungas que representa solo el 1% del territorio nacional y la selva misionera que abarca otro 1% y, entre ambas, mantienen la mitad de las plantas y los animales del país.
Por otro lado, la ecoregión chaqueña, cuenta con unas 60 millones de hectáreas, pero el 90% de la expansión agropecuaria está ocurriendo en ese territorio y solo el 1% pertenece a áreas protegidas, mientras que los estándares nacionales proponen un 17%.
“En ese sentido entendemos que el sector privado puede hacer mucho para que avancemos en ese porcentaje mínimo adecuado de preservación y que los productos de Argentina sean visualizados en el mundo, no solamente son de alta calidad, sino también por ser producidos en contextos amigables con el medio ambiente siendo este un diferencial que nos posiciona mejor en el mundo” señaló.
Argentina ha sido pionera en Latinoamérica en la lucha por conservar áreas protegidas. Hoy aproximadamente en 20% de esa área se encuentra en manos de la nación y el 80% restante en manos de las provincias, sin embargo, Brown consideró que eso no es suficiente, sino que resulta necesario sumar más superficie vinculada con actividades productivas.