Un informe especial realizado para que conozcas cómo está conformada la flor de la Fragaria y cómo obtener la plántula desde sus semillas.
La Fragaria, comúnmente llamada frutilla, fresa, morango, es unas planta herbáceas de la familia Rosaceae que por su llamativo color e inconfundible gusto, paso a ser una de los frutos más populares del mundo.
Una de sus particularidades, es que a la frutilla se la considera en su conjunto, como un fruto; pero en realidad consta de partes diferentes del ciclo florar y estas pueden llegar a confundir a las personas que no tienen conocimientos de botánica.
La parte roja de la frutilla es en realidad el receptáculo carnoso. Esta queda de este aspecto luego de que sus óvulos son polinizados por el polen de los estambres, comienza a engrosar y finalmente vira de color indicando su madures fisiológica.
Las semillas son en realidad frutos secos del ovario monocarpelar, y visualmente son esas semillitas marrones que quedan al rededor de toda la frutilla. A la vez, si se observa detalladamente, se pueden ver los restos de estilo que quedan por encima de la semilla.
Con respecto a las propiedades que posee la frutilla, podemos destacar su alto contenido de fibra, vitamina C, antioxidantes, potasio, ácido fólico y minerales. También es conocida por ser una de los frutos con menor número de calorías.
En la misma línea, el consumo de esta fruta ayuda a mantener la piel hidratada; prevenir resfriados (por el aporte de vitamina C); combatir el estreñimiento, evitar enfermedades oculares; o reducir problemas cardiovasculares.
Si sos un fan de esta delicia y querés aprender a tenerlas en tu jardín o en macetas de tu casa, te ofrecemos los consejos para que saber cuándo, cómo y donde plantarlas.
SEMBRAR DESDE LA SEMILLA
Hacer crecer frutillas desde sus semillas puede ser una labor más complicada de lo que parece, ya que se trata de una planta que tarda en germinar y no siempre lo consigue. Por este motivo, habitualmente se hace desde plantines previamente comprados, o reproduciendo las plantas por estolones.
Sin embargo, sembrar las semillas es posible, no obstante, hay que tener en cuenta que la mayoría de variedades de Fragaria que se venden en los mercados son híbridas y estas semillas tienden a no germinar adecuadamente. Por ello, es recomendable comprar las semillas de una variedad adecuada para el cultivo desde semilla, es decir no reutilizar las semillas híbridas que vienen cuando compramos frutillas.
La mejor época para realizar esta siembra es entre finales de verano y principios de otoño. Los pasos a seguir:
Hay quien recomienda meter las semillas en el frigorífico unos días antes de plantarlas, para que el organismo sienta que pasó la época de frío (dormición secundaria) y reaccione con más facilidad.
Puedes preparar tú mismo el semillero con cualquier recipiente parecido. Recuerda realizarle varios agujeros en el fondo para que hagan de drenaje.
Para el sustrato, es bueno que tenga un aporte importante de humus de lombriz, de casi la mitad.
Humedece el sustrato una vez colocado en el semillero, y esparce las semillas dejándolas caer con cuidado sobre el sustrato.
Dado que se trata de unas semillas de germinación complicada, es aconsejable sembrar bastantes más semillas que plantas esperes conseguir.
Añade aproximadamente un centímetro de sustrato de nuevo y riega el semillero cada 3 o 5 días.
Las semillas necesitan un ambiente húmedo y mantenerse a una temperatura de entre 18 y 25 ºC, por lo que el uso de un invernadero puede ser muy útil.
Una vez los plantones tengan unos 4 o 5 cm de altura, puedes trasplantar los plantines a pequeños recipientes individuales.
CUÁNDO Y CÓMO TRASPLANTAR PLANTINES
Si conseguiste obtener los plantines por el método anterior o simplemente los compraste, para cuando llegue la primavera tus plantines deberían estar listos para ser trasplantados a su ubicación definitiva en el exterior o en maceta.
La mejor época para trasplantar es cuando no haya temperaturas extremas, sobre todo que no haga mucho frío. Sigue estas indicaciones y consejos:
Una de ventajas es que al ser plantas rastreras, no requieren de una gran profundidad de tierra, así que con macetas pequeñas, de unos 10 cm de fondo, sería suficiente.
Respeta unos 20 cm de separación entre plantas.
Necesitan un sustrato con buen drenaje para evitar problemas de exceso de humedad.
La tierra tiene que ser rica en materia orgánica, por lo que se aconseja que la tierra esté compuesta en una tercera parte de humus de lombriz.
Acondicionar las raíces de las frutillas antes de plantar. Si son más largas que el brote en sí, recórtalas sin miedo, y sepáralas al enterrarlas.
Elige una ubicación de semisombra, de ser posible sin luz directa en las horas de mayor incidencia.
Necesitan de mucha humedad, por lo que es importante mantener el sustrato siempre húmedo, aunque nunca encharcado. En temporada de calor, regar dos o más veces al día, cada vez que notes la superficie de la tierra seca.
Dependiendo las condiciones de crecimiento de tus plantas, las frutillas estarán listas para cosechar desde finales de la primavera hasta otoño, aunque habitualmente las producciones más abundantes se dan al final del verano.
Un indicador visual de su maduración, es cuando la frutilla se torna completamente roja. Corta el talle y el fruto (luego de lavarlo) estará listo para ser consumido.
Fuente: Infocampo