La caña de azúcar es el principal cultivo de nuestra provincia y en estos últimos meses ha estado presente en la preocupación de varios temas. Hoy nos ocupa las enfermedades que afectan su rendimiento.
El raquitismo de la caña soca o achaparramiento, es una de las enfermedades más importantes de la caña de azúcar a nivel mundial, ya que puede ocasionar grandes pérdidas en el rendimiento. «Esta enfermedad en general es más severa a medida que avanza la edad de soca, y sobre todo cuando hay condiciones de estrés hídrico. Aunque puede presentarse en todas las edades de la caña desde planta hasta soca«, explicó la licenciada en Biotecnología, perteneciente al equipo de fitopatología de la EEAOC (Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres), Constanza Joya
La particularidad de esta enfermedad es que no presenta síntoma visible que se pueda detectar en el campo. Una vez instalada la enfermedad en los lotes se reporta un menor crecimiento de las plantas, «es decir, se ve una reducción en la altura y el diámetro de las plantas además de un acortamiento de los entrenudos«, señaló la especialista.
Lo clave es realizar el correcto diagnóstico de esta enfermedad ya que puede confundirse con síntomas de estrés hídrico o nutricional.
La problemática de esta enfermedad es antigua. Hace unas décadas atrás, en Tucumán los casos reportados casos variaba entre un 5 a 60% .
A partir del año 2001 con la creación del proyecto Vitroplantas de la Estación Experimental y sumado al correcto diagnóstico fruto de la toma de conciencia de los productores, los casos disminuyeron significativamente.
En cuanto al proyecto Vitroplantas, cuyo objetivo es producir semillas saneadas a partir de técnicas de cultivos de meristemas, tiene 3 aristas principales: La sanidad de las semillas; la identidad genética, es decir, las plantas que se producen son idénticas a las plantas que les dan lugar; y la tercera es el vigor, que tiene que ver con una elevada capacidad de brotación y crecimiento.
«Gracias a esta tecnología, se produjo una mayor cantidad de plantas y una caña semilla saneada para el productor«, resaltó Joya.
Una vez presentada la enfermedad en el campo, la licenciada comentó que, lo que se recomienda es que los lotes infectados no sean utilizados como caña semilla, es decir, que no se realice una nueva plantación a partir de esa planta.
Existen pérdidas de rendimiento reportadas en las plantas afectadas. Aún así, estas cañas pueden ir al ingenio y seguir su proceso normal.
En referencia al origen y transmisión del raquitismo, la licenciada explicó que la enfermedad es sistémica, es decir, está en toda la planta y se produce principalmente por el empleo de caña semilla enferma.
Y añadió, «la transmisión se produce por las herramientas de corte, o bien en las cuchillas de las cosechadoras que no están correctamente desinfectadas«.
Entonces, uno de los puntos claves para no diseminar esta enfermedad es desinfectar las herramientas correctamente. Esto puede hacerse con lavandina al 10% o con amonio cuaternario al 3 por mil.
Para la toma de muestras en los lotes, Constanza Joya también brindó algunas recomendaciones útiles para el productor. «Lo correcto es hacer un muestreo de un lote bien recorrido, cuánto más se lo camine es mejor. Se recomienda sacar 20 tallos de un lote cuya superficie sea entre 3 a 5 hectáreas. Siempre desinfectando las herramientas de corte que se utilizan para tomar estas muestras«.
Otro punto importante a tener en cuenta para el muestreo es la edad de la planta, que tiene que ser de 7 a 9 meses. Esto es porque a esta edad es posible detectar la bacteria que produce la enfermedad.
La muestra tiene que estar correctamente identificada para que el productor pueda hacer referencia a cada lote.
«Estamos recibiendo muestras de lunes a miércoles, de 8 a 14 horas«. Consultada por el costo del análisis, Joya señaló que ronda los $1960 pesos cada muestra.