En un contexto dónde la producción ganadera se lleva a cabo, mayormente, sobre pasturas cultivadas; los uruguayos crearon un proyecto llamado «Producción Ganadera Climáticamente Inteligente y Restauración del Suelo en Pastizales Uruguayos». Más conocido como Ganadería y Clima.
En diálogo con Suena a Campo, la coordinadora nacional del proyecto, ingeniera agrónoma, Soledad Bergos destacó que se trata de «un proyecto muy interesante e innovador».
Consultada por este nuevo concepto de ganadería climáticamente inteligente, la ingeniera explicó que «se entiende a aquella ganadería que busca, por un lado, aumentar la producción y por lo tanto los ingresos de las familias productoras, y por otro lado, tener en cuenta consideraciones ambientales, por ejemplo: reducir las emisiones de GEI (Gases de Efecto Invernadero) y la intensidad de ellos«. Ya que, «Sabemos que la ganadería emite metano cómo resultado de la fermentación entérica».
El principal objetivo del proyecto es promover el aumento sostenible de la productividad y el ingreso en la producción ganadera, y a la vez contribuir a mitigar el cambio climático, restaurar tierras degradadas en el campo natural y mejorar la resiliencia de los sistemas, a través de un proceso de coinnovación con enfoque de género. «Se trata de una ganadería que contempla la producción y al mismo tiempo al medio ambiente».
Una iniciativa que nació del mismo gobierno de Uruguay
Bergos comentó que el proyecto nació por iniciativa del ministerio de agricultura, ganadería y pesca de Uruguay, dentro de la unidad de sostenibilidad y cambio climático.
«La ganadería ofrece una gran oportunidad, pero a la vez grandes desafíos. Entonces este proyecto fue pensar en esto, en como aprovechamos las oportunidades que se presentan en la ganadería de Uruguay, y a su vez enfrentar las dificultades y desafíos. Así se fue armando este proyecto», manifestó.
Los trabajos comenzaron a inicios de 2019. Las instituciones involucradas son: el ministerio de agricultura ganadería y pesca de Uruguay -de dónde salió la idea-; la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura); y el GEF (Fondo Mundial para el Medio Ambiente, por sus siglas en inglés) quien brindó los fondos necesarios para su puesta en marcha. «Otras organizaciones que intervienen son el ministerio de ambiente, y en la parte técnica -de trabajo en campo- contamos con dos instituciones muy importantes aquí en Uruguay: el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), y la facultad de agronomía, de la Universidad de la República. Muy importante también, es la participación de las organizaciones de productores a las cuales estamos vinculados -a través de las cooperativas agrarias federadas, y de comisión de fomento rural-. Es un verdadero proyecto interinstitucional«, sostuvo.
Bondades e importancia de los pastizales naturales
«Es un recurso básico valiosísimo con las características del bioma pampa, -al igual que el centro de Argentina y sur de Brasil-. Dicha zona integra uno de los pocos pastizales templados del mundo que están quedando. Esto significa una gran biodiversidad de especies. Además, es un recurso adaptado, un ecosistema que ha evolucionado junto con los herbívoros, y ha sido el sustento de toda nuestra producción pecuaria. Tiene una importancia indiscutible y que debemos cuidar«, expresó Bergos.
Un proyecto de cero costos para las empresas que lo aplican
Consultada por los costos del proyecto, la ingeniera señaló que una característica de la iniciativa es que el trabajo que se lleva a cabo es intensivo en el uso de conocimientos, mas no en el uso de insumos. «Entonces es un proyecto que básicamente no incrementa los costos. Esto es así porque se basa en el mejoramiento del manejo y la gestión, tanto del rodeo como de pasturas«.
Resultados preliminares más que alentadores
«Luego de un año de aplicación de estas prácticas de ganadería climáticamente inteligente, los resultados preliminares son: mejoras en la producción de carne; mejoras en los ingresos de los productores; y ya se ven disminuciones en las emisiones de GEI (Gases de Efecto Invernadero). Estamos teniendo muy buenos resultados parciales, sorprendentemente mejores de lo esperado«, destacó.
El proyecto durará en total 3 años. En este tiempo se deberá generar la suficiente evidencia y datos científicos que puedan avalar las técnicas aplicadas. Luego se hará la transferencia del conocimiento y la generación de políticas públicas.
Los pastizales naturales retienen mayor cantidad de carbono
«El secuestro de carbono ocurre en la medida que los vegetales -mediante la fotosíntesis- incorporan carbono a sus tejidos. Así, por cuánto se trabaje con mayor cantidad de pasto -y por lo tanto más área foliar y raíces-, vamos a poder secuestrar mayor cantidad de carbono y aportar más materia orgánica al suelo«. Al mismo tiempo explicó que este es un proceso lento que lleva su tiempo. «El objetivo es medir al inicio del proyecto la cantidad de carbono en el suelo, y luego se hará otra medición al final del proyecto para detectar los cambios en la cantidad de carbono«, finalizó.