En los últimos años la provincia de Jujuy estuvo incursionando en nuevos cultivos muy interesantes, entre ellos se encuentran los cultivos de frutales exóticos como «la fruta del dragón» o Pitahaya. En diálogo con Suena a Campo, la ingeniera agrónoma, Magister en cultivos intensivos e investigadora de frutales tropicales en INTA, brindó las características y bondades de la fruta exótica. Cómo así también las formas de cultivo.
La Pitahaya es una planta de la familia de las cactáceas. Unas de las particularidades que tiene la especie es que existe una gran variabilidad de Pitahaya: de frutas rojas, púrpuras, amarillas, blancas y rosadas.
Otro aspecto que se destaca de la fruta es que es carnosa y muy jugosa, con un sabor similar a una tuna o un kiwi -aunque menos ácido que este último-. «Del 50% de la fruta puede extraerse jugo», indicó la ingeniera. Por otro lado, tiene una importante calidad nutricional y una gran cantidad de pigmentos naturales -principalmente las pitahayas de color rojo y púrpura-, «muy requeridas en la industria alimenticia», destacó Armella.
«El fruto del dragón» o Pitahaya, es originario de América. «Precisamente, de las zonas selváticas de Centroamérica, como la selva peruana«, explicó la especialista.
Este cultivo llegó a manos del INTA de Yuto, en Jujuy, desde el Cedeva(Centro de Validación de Tecnologías Agropecuarias, de Formosa). «De allí trajimos tres géneros o ecotipos: la Pitahaya blanca, roja y amarilla».
Condiciones agroecológicas para el desarrollo del cultivo
Consultada por las condiciones agroecológicas óptimas dónde podría desarrollarse el cultivo, Armella dijo que «si bien es una cactácea, es más bien tropical o subtropical. Es un cactus rústico, aunque para manejarlo como cultivo requiere de ciertas condiciones como buena temperatura y humedad; requiere climas cálidos, pero a su vez existen variedades sensibles a la alta insolación. Es por ello que hay que armar una estrategia de cultivo. Es un cultivo que se adapta bien a nuestras Yungas». En cuanto a los suelos, «requiere altos contenidos de materia orgánica», añadió Armella.
La Pitahaya es una planta perenne y epifita, por lo que necesita de un sistema de conducción. Esto es porque naturalmente crece sobre otros árboles, rocas o paredes. Entonces para llevar a cabo el cultivo, se necesita de una contención que puede darse a través de postes de eucalipto, postes de cemento, un sistema de alambres. «Algunos productores utilizan además una cubierta por arriba para dar más contención».
La fruta del dragón al ser un cultivo nuevo, de reciente introducción, aún no hay caracterización de genotipos en la zona. «Es por eso que, desde INTA el primer paso es conocer cuáles son las zonas óptimas para el cultivo. Se está trabajando con ensayos de genotipos en la zona». Además desde la institución se acompaña a los productores con el asesoramiento técnico para desarrollar la actividad. Y Recientemente se está trabajando en un aspecto clave para el cultivo de Pitahaya, y es la polinización manual requerida. Esto es así, porque mejora el sabor y el tamaño del fruto.
La inversión necesaria para llevar a cabo el cultivo de esta fruta tropical exótica, radica principalmente en el sistema de conducción y los materiales necesarios para ello. «Obviamente la inversión dependerá también del tamaño del emprendimiento», explicó Armella. Otro punto importante a tener en cuenta, es que el suministro de agua debe realizarse con riego por goteo para mejores resultados. Además tener en cuenta la polinización manual y que tiene una floración nocturna.
Mercados consumidores y un precio más que atractivo
En cuanto a los mercados consumidores de esta fruta tropical, la ingeniera indicó que al ser una fruta recientemente introducida, el mercado también es incipiente. «El principal consumidor en nuestro país es Buenos Aires, y existe una comunidad coreana que la demanda en restaurantes como fruta gourmet. En cambio el consumidor argentino la consume preferentemente como fruta fresca». Y añadió, «se está buscando industrializar la fruta como pulpa para la preparación de jugos, helados y tragos».
Si bien la Pitahaya no es conocida aún, cuenta con un atractivo precio para los productores. «A principios de este año, los productores vendían entre 500 y 700 pesos cada fruta. El peso de cada una es de aproximadamente 400 a 500 grs», comentó.
En el INTA de Jujuy además se trabaja en otros frutales como maracuyá, papaya, mango, acerola, y «tenemos una colección de frutas que aún no se encuentran en el ámbito productivo como la fruta estrellada».