El interés del grupo es serio e integral. Eso le hizo saber a la Justicia y a los obreros azucareros el presidente del Complejo Alimenticio San Salvador (CASS), dirigido por Martín Luque, que el próximo lunes acercará una oferta concreta para hacerse cargo del establecimiento ubicado en Banda del Río Salí. “La compra abarcará todo el paquete del concurso y quiebra y no sólo las tierras”, remarcó el empresario.
La intención del grupo alimenticio es producir crudo orgánico, un producto que no tiene conservantes ni químicos y que, por lo tanto, tiene un valor diferencial en el mercado y que puede ser exportado a distintos países. Se trata de una sacarosa cristalizada extraída de la caña de azúcar a través de procesos industriales. Este producto puede consumirse directamente o utilizarse como materia prima para la elaboración de otros productos.
La operación de compra del ingenio San Juan es promovida por el propio Martín Luque y no por su padre, Emilio Luque, que aclaró que desde hace una década ha dejado de pertenecer a San Salvador y que se ha dedicado a la administración de otros dos ingenios: Concepción y Marapa. “Estamos saliendo de un concurso y no estamos en condiciones de hacer oferta ni propuesta alguna para comprar otro establecimiento”, expresó Emilio Luque en un contacto con nuestro diario.
Martín Luque, presidente y accionista mayoritario del CASS, ha expresado que la seriedad de su oferta se asienta en el volumen de operaciones (unas 80.000 toneladas de azúcar, galletas y fideos, entre otros) que ese complejo desarrolla a lo largo de un año y que representa casi el 10% del total de exportaciones que realiza Tucumán. En su sitio web, la firma señala que el complejo está dedicado a la elaboración y comercialización de harinas, fideos, galletas y subproductos, con el objetivo de lograr la satisfacción de sus clientes, de sus trabajadores y que sus actividades tengan repercusión positiva sobre la sociedad, establece esta política de calidad, inocuidad alimentaria y responsabilidad social empresaria (RSE).
Respecto de la adquisición del San Juan, su intención es establecer la cantidad de empleados que cuenta, realmente, el ingenio como dotación permanente para producir a lo largo de una zafra. Según las conversaciones encaradas ayer con algunos gremialistas, el grupo empresarial se interiorizó acerca de que habrían unos 200 obreros en esas condiciones. “Nuestra propuesta es integral y seria”, remarca el titular del establecimiento.
Rechazo de trabajadores
Consultado sobre esta nueva instancia en el concurso preventivo, el secretario general de los trabajadores de la Fotia, Pablo Campo, fue contundente. “Esta presentación es una burla, una payasada de Luque, un empresario que dice que es serio. No describen ni inversión, plazos, arreglos, nada sobre la situación de los 289 trabajadores…, nada. Así es. No dicen nada de nada, un desastre. Sólo les interesa las tierras”, resumió.
“Para los trabajadores de la Fotia, es una burla que Emilio Luque presente la oferta a través de su hijo. Deducimos que no es una oferta seria, ya que en los años de arriendo que pretende, no se especifica ninguna inversión en el ingenio y por eso no habría garantía de que mantengan nuestra fuente de trabajo. Se puede leer que no existe mucho interés en activar la fábrica”.
Luego, Campo opinó que el tiempo de recupero de una inversión en el San Juan podría durar 10 años, y que “Luque no es hombre que venga para hacer obra de caridad, menos a una semana de opinar en la televisión que el ingenio San Juan es inviable”. “Así que nosotros no lo vemos, como representantes de los trabajadores, que sea una solución la propuesta de la familia Luque, que llega de la mano del Grupo Omil para presentar el arriendo en el Juzgado. No lo vemos como serio”, añadió.
“Reitero que esta oferta es una burla y considero que Luque viene a poner trabas al trámite y a la oferta de (Jorge) Rocchia Ferro para que se retire, o a cualquier otro oferente que pueda hacer viable la molienda en el ingenio. Quieren quedarse, junto con Omil, con las tierras del Complejo, porque Emilio Luque aseguró en la televisión que el Concepción se quedaba sin caña y por eso terminaba temprano la zafra. O sea que la conclusión es que no quiere que el San Juan vuelva a moler, para quedarse con las tierras y plantar la caña sólo para el Concepción”.
Nota en el juzgado
Ante la oferta formal de arriendo, la dirigencia gremial (de empleados y obreros de fábrica y surco) del San Juan presentó en el juzgado una nota en la que resaltan que “así, como está formulada, no nos queda otra opción que oponernos a que se disponga al respecto, hasta tanto la administradora presente un informe detallado de los inmuebles rurales de la concursada, su estado, las tierras arrendadas y los contratos de arriendos, padrón por padrón, ya que de otra manera podrían afectar eventualmente los derechos de terceros”.
Mencionan otra nota presentada en iguales términos el 7 de octubre pasado. “Los sindicatos siempre manifestamos nuestra conformidad al arriendo de las tierras de la concursada, como una manera de protegerlas y de generar recursos”. Pero los gremialistas apuntan en la nota que con el paso del tiempo se dieron cuenta que Constructora SA “se quedó sistemáticamente con los dineros de esos arriendos, que los percibió en negro, no los ingresó en la contabilidad del Complejo burlando el control judicial, y no los destinó a la reparación de la fabrica y al pago de las deudas”. “Esto nos llevó a exigir de forma constante que los montos para el pago salarial sean depositados en cuentas judiciales. Y vale para el presente caso si se llegara a concretar la oferta”, concluye la misiva.
Mantienen los términos: Rocchia Ferro y el interés por la fábrica
El presidente de Croanda SA, Jorge Rocchia Ferro, ante la consulta de LA GACETA, señaló que su oferta por el ingenio-destilería San Juan “se mantiene en los términos en que fue presentado ante el juez a cargo del concurso preventivo”. Solo esto señaló sobre la propuesta del Grupo Luque, tras afirmar que ya la conocía. Cabe señalar que la intención de Croanda, y que figura en su presentación, es pagar $ 28 millones por los bienes muebles e inmuebles del “casco ingenio”, para alistar en lo inmediato la fábrica y poder producir en 2022 azúcar crudo y melaza. La compra no incluye a los actuales empleados, pero les dará prioridad para la nueva plantilla.
Fuente: La Gaceta