Investigadores de la Fundación Instituto Leloir (FIL) y de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Hunan, en China, determinaron el mecanismo molecular de las raíces de las plantas encargadas de absorber agua y nutrientes, llamados pelos radicales, con el objetivo de desarrollar plantas «superadaptables» a condiciones ambientales adversas.
«Identificamos que las plantas sometidas a 10 grados presentaban un crecimiento exacerbado de la longitud de los pelos radicales similar al que producen condiciones de bajos niveles de fosfato y nitrato, que los impulsan a encontrar concentraciones de estos nutrientes para permitir el desarrollo vegetal; entonces, hipotetizamos que la baja temperatura afecta la disponibilidad y movilidad de los nutrientes y de agua hacia la raíz que promueve el crecimiento de los pelos», explicó a la Agencia CyTA-Leloir el doctor en Biología José Manuel Estévez, jefe del Laboratorio Bases Moleculares del Desarrollo Vegetal de la FIL.
Para el biólogo esta investigación puede favorecer el desarrollo de cultivos comerciales, y es «un hallazgo clave para pensar soluciones frente a los efectos del cambio climático».
Los investigadores lograron determinar el mecanismo molecular por el cual los pelos radicales de las plantas se hacen más extensos en condiciones de baja temperatura y deficiencia de nutrientes.
«Esto sienta las bases para el desarrollo de plantas superadaptables, con pelos más largos que permitan una mayor absorción de nutrientes en condiciones desfavorables, promoviendo así el desarrollo y crecimiento de la raíz y de la planta en general», aseguró Estévez, quien indicó que «uno de los rasgos peculiares de los pelos radicales es que pueden crecer varios cientos de veces su tamaño original».
Es por ello que, los científicos sometieron a diversos tratamientos de temperatura y a bajos niveles de nutrientes a diferentes ejemplares de plantas modificadas genéticamente y lograron identificar a tres proteínas con un rol activo en este mecanismo que permite el crecimiento del pelo radical: el receptor de membrana Feronia, el complejo quinasa TOR y la proteína GTPasa ROP2. (Fuente: Télam)