Ya se sacrificaron las 13.000 aves afectadas por el brote de Influenza Aviar (IA) de General Racedo, en Paraná Campaña. El supervisor de Senasa en la zona, Cristian Gómez, confirmó el dato y ofreció detalles de la labor desplegada para paliar la delicada coyuntura sanitaria.
Suman casi 60 las granjas que producen carne y huevos en el área circundante al foco de IA, razón por la cual los especialistas actúan con premura y la mayor precisión posible, de acuerdo a lo consignado por el funcionario. Indicó que operan en el área un grupo de seis profesionales del Servicio sanitario y concretaron el sacrificio con la colaboración de 11 baqueanos contratados en Crespo.
“Hoy procederemos a la limpieza del guano de la granja”, dijo Gómez antes de explicar que deberán pasar 14 días para hacer el primer control, a partir de ahí contarán otras dos semanas para que la explotación pueda volver a producir. Claro está que en ese período no deben aparecer nuevos sucesos ligados al flagelo. Tales plazos son los identificados como días de incubación. El día 14 colocarán aves centinelas, sanas, para monitorear la presencia de IA.
Gómez sumó que, mientras las cosas se mantengan como hasta ahora, las granjas e industrias vecinas seguirán funcionando normalmente, pero bajo controles específicos ante cada salida de producción y fijando hojas de rutas que eviten el tránsito cercano a la granja afectada. El área de influencia es de 10 kilómetros.
“La idea es que no se tire ni un maple de huevos, la comercialización se puede hacer respetando el protocolo que es de análisis previo de muestras”, dijo Gómez luego de aportar que el único decomiso, hasta ahora, fue de un centenar de maples de huevos del establecimiento afectado.
También especificó que el motivo de la aparición de IA aún es motivo de investigación. “Estamos atentos a la aparición de IA, hay en diversos lugares del país y Entre Ríos venía superando sin brotes, hasta el 18 de mayo en que se recibe la sospecha. Ese mismo día se toman muestras y al día siguiente se confirma el positivo”, aportó el experto.
La granja es de ponedoras, -tres galones, dos de recría y uno de producción-, dentro de una zona densamente poblada de aves; de ahí la delicadeza de la coyuntura. En el primer círculo sanitario, de tres kilómetros, hay solamente dos granjas; pero al expandirse se cuentan unas 60.
Especificó que ser estrictos con las medidas de bioseguridad es clave para evitar la difusión de la enfermedad. “Cumplir con las normas es clave”, sentenció.
(Fuente: Campo en Acción)