“El éxito depende del esfuerzo” decía el reconocido filósofo griego Sófocles. Esta afirmación, nunca mejor llevada a la práctica que en una huerta de invierno, puede traer infinidades de ventajas. Es que junio, si bien es una fecha en que el clima frena muchas aspiraciones de trabajo en la confección de una huerta orgánica, es una temporada donde se puede comenzar a cultivar opciones interesantes.
Además, varias tareas pueden llevarse adelante en esta época, para que cuando llegue la primavera la producción sea más abundante. No obstante, es la fecha ideal para comenzar a plantear “cultivares de hojas” que enriquezcan la mesa familiar en el hemisferio sur.
Por ello, es preciso mencionar que existen cultivos muy resistentes al frío. Algunos aguantan hasta -4 ºC de temperatura en momentos puntuales. Simplemente hay que tener en cuenta una cosa: son resistentes cuando ya están crecidos y bien asentados al terreno.
Por eso es clave preparar el huerto de invierno dependiendo de cada zona, especialmente si es muy fría y tiene riesgos de heladas en invierno.
“Si se espera a sembrar o trasplantar cuando el suelo esté frío, el cultivo, por muy de invierno que sea, no va a estar listo para enfrentarse a ese reto”, sostienen desde Fecoagro, una cooperativa agropecuaria de San Juan, especialista en economías regionales.
UN INVIERNO VERDE
Un pequeño patio, terraza o balcón son espacios suficientes para crear una huerta en casa y poder abastecerse de frutas, verduras y hortalizas frescas, especialmente en épocas invernales.
Las especies aptas para cultivar en junio son lechuga, acelga, escarola, rabanito, espinaca y chaucha, teniendo en cuenta que hay menos horas de sol y los ritmos de la naturaleza son más lentos.
Es fundamental constituir el emplazamiento de la huerta en un lugar soleado, ya que la mayoría de las especies necesitan como mínimo seis horas diarias de sol directo, y debe estar orientado en dirección noreste, porque es la que más radiación solar recibe.
OPCIONES DE SIEMBRA
Hay dos tipos se siembras a la hora de analizar el apuntalamiento de una huerta casera: la siembra indirecta o en almácigo, y la directa.
La primera implica la germinación en un entorno protegido de condiciones adversas -heladas, vientos y lluvias-, como pueden ser mini macetas, semilleros, vasitos de yogurt, para el posterior trasplante al lugar definitivo de cultivo.
Las especies aptas para cultivar en junio son lechuga, acelga, escarola, rabanito, espinaca y chaucha, teniendo en cuenta que hay menos horas de sol y los ritmos de la naturaleza son más lentos.
Esta opción es recomendable para semillas pequeñas como la de brócoli, repollo, coliflor, entre otros. Se aconseja trasplantar cuando la plantita tiene el doble del tamaño del recipiente donde está.
En cuanto a la siembra directa, se colocan las semillas en su lugar definitivo de cultivo, maceta o jardín. Se recomienda este método para semillas grandes y fáciles de manipular como arveja, o especies que no se adaptan al trasplante como la zanahoria, perejil y espinaca. La semilla debe estar colocada a una profundidad de no más del doble del tamaño de la misma.
(Fuente: Infocampo)