El análisis también da cuenta que según precios FOB oficiales, en lo que va de junio el aceite de soja cotiza 43% por debajo de su valor de similar mes del año pasado, el trigo un -23%, la soja un -20% y el maíz un -19%, mientras que sólo la harina de soja se mantiene relativamente nivelada, mostrando una caída de sólo el 3% interanual.
“Si bien hay factores específicos en cada uno de los mercados de commodities que influyen en el nivel y en la trayectoria de los precios, se puede generalizar diciendo que las bajas observadas en últimos meses responden a un mayor abastecimiento esperado a nivel global durante el ciclo agrícola 2023/24, con un posible alineamiento de buenas campañas de cereales y semillas oleaginosas en los países exportadores líderes (Brasil, Estados Unidos, Argentina), una buena provisión de aceites vegetales (en particular de aceite de palma) y la expectativa de que el conflicto Rusia y Ucrania no escalará ni tampoco afectará el transporte de granos en el Mar Negro (que habrá continuidad en el acuerdo de transporte seguro desde puertos ucranianos firmado en Turquía, con respaldo de Naciones Unidas)”, explica Garzón.
En lo que respecta estrictamente al trigo, según las últimas proyecciones, la cosecha superaría las 16 millones de toneladas, lo que marcaría un incremento de alrededor del 40% respecto al ciclo previo y el ingreso de divisas por exportaciones, aún teniendo en cuenta la caída de los valores internacionales, ascendería a más de u$s2.300 millones de toneladas. Lo que marca u$s1.000 millones adicionales con respecto a la campaña pasada.
Por su parte, si bien todavía falta mucho camino por recorrer, hacia el próximo año, teniendo en cuenta un clima más benévolo con el campo, se espera un fuerte aumento de la producción de soja que este año tocó mínimos históricos con apenas 21 millones de toneladas. Esto más allá de que el ingreso de divisas repercutirá también en la industria de molienda local que este año está trabajando con una capacidad ociosa que supera el 60% y advierte que deberá importar materia prima para seguir trabajando.
“En síntesis, con la información que se dispone hasta el presente, el escenario agrícola base para el 2024 sería el de un volumen significativamente superior de granos producidos, pero que saldría a comercializarse al mercado a precios probablemente más bajos que los que hemos visto en los últimos dos años y medio” cierra Garzón.
(Fuente: Ámbito Financiero)