La industria cítrica tucumana es una de las más importantes del mundo y procesa anualmente alrededor de un millón de toneladas de limón. Aunque la industrialización primaria permite obtener varios productos comerciales como aceite esencial, jugo, pulpa y cáscara, esta última representa una oportunidad poco explorada. En este contexto, la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC) ha estado trabajando en la extracción de flavonoides y pectinas a partir de la cáscara húmeda de limón, con el objetivo de encontrar alternativas productivas más sostenibles y rentables. Desde SUENA A CAMPO, nos pusimos en contacto con el ingeniero Oscar Diez, Técnico de la EEAOC, quien nos proporcionó detalles sobre los avances alcanzados hasta el momento.
«En la EEAO hay seis programas de investigación, uno apunta a la industrialización cítrica y dentro de ese programa, a una linea de trabajo que busca nuevas alternativas productivas tomando como materia prima los productos de la primera industrialización como ser el aceite esencial, el jugo y la cascara. A partir de ahí, desde la estación trabajamos para ver qué valor agregado se puede conseguir”, explicó el ingeniero.
En la industrialización del limón, una vez extraído el jugo y el aceite esencial, el coproducto resultante está formado por la cáscara, las semillas y la pulpa de la fruta no separada. “Este subproducto resultante de la extracción de jugo y aceite del limón constituye una excelente fuente de fibra dietética con cantidades suficientes de fibra dietética soluble e insoluble, una gran capacidad de absorción de agua, y un efecto positivo en el crecimiento de las bacterias benéficas, pero negativo en el de las patógenas. Es además, una buena fuente de ácido acético, el cual es necesario para mantener una buena salud intestinal”, relató.
Según el especialista se ha reportado que el mejor efecto de la fibra dietética se obtiene en una proporción de 50 a 70% de fibra insoluble y de 30 a 50% de fibra soluble. En este sentido, la fibra proveniente del limón es muy completa ya que posee tanto fibra soluble como insoluble. “Realizar una planificación inteligente de la producción industrial conjunta de bioflavonoides, pectina y fibra dietética a partir de cáscara húmeda de limón, donde los niveles extractivos de los flavonoides y pectinas permitan un residuo fibroso con contenidos de fibra soluble e insoluble adecuadamente balanceados, puede mejorar sustancialmente la rentabilidad del proceso de industrialización de limón e impactar fuertemente en mejorar los balances energéticos y ambientales del sistema”, puntualizó.
Por lo explicado por Diez, cuando analizaron las posibilidades productivas de la cascara, se pusieron como objetivo encarar el trabajo de investigación tomando a la cascara húmeda. “Si avanzábamos bien con ese trabajo, podíamos eliminar el proceso de deshidratación (se utiliza mucha agua y gas natural y así tendríamos un doble objetivo cumplido: darle valor agregado a la cascara pero también impactar positivamente en el balance energético del sector”.
Producción de flavonoides y pectina
En el caso de la producción de flavonoides y pectina, permitiría la sustitución de importaciones, y la producción de fibra dietaria posicionaría a Tucumán como proveedor de un mercado de excelencia técnico-científica asociado al concepto de la nutrición funcional. “La obtención de fibra dietética a partir de la cáscara húmeda de limón es una alternativa altamente sustentable y rentable para la producción de alimentos funcionales. Además, la producción conjunta de bioflavonoides, pectina y fibra dietética puede mejorar la eficiencia energética y ambiental del proceso industrial, disminuir las importaciones y posicionar a Tucumán en el mercado de la nutrición funcional”, detalló Diez.
El desafío al que están abocados con la investigación es importante por lo que puede significar para la provincia. “Es algo natural, hay grandes potencias que compran la cascara deshidratada, nosotros estamos trabajando con la cascara húmeda. Si ves una planta de pectina europea, la diferencia con las nuestras estará en los reactores, el que trabaja con la cascara húmeda tiene un procedimiento diferente. Hoy es una satisfacción el momento en el que estamos de la investigación. Hace tres años atrás estábamos lejos de estos resultados, esos son los desafíos que tiene la investigación”, dijo Diez y agregó: “Pensamos todos estos subproductos para exportar, imaginen que aquí en Tucumán consumimos alrededor del 15% de lo producido, el excedente deberíamos exportar, estos son productos a los que no hay que crearles un mercado ni realizar cambios culturales, al contrario, tienen una demanda creciente”, finalizó el ingeniero.
(Fuente: Suena a Campo)