Ante la importancia crucial que reviste el bienestar animal en la industria agropecuaria, es fundamental abordar los desafíos específicos que la temporada de invierno plantea para los animales en dichos entornos. En diálogo con SUENA A CAMPO, el Dr. Leonardo Pérez Parry, veterinario de sanidad animal en SENASA, del programa de Bienestar Animal, nos compartió su perspectiva y experiencia en el cuidado y manejo adecuados de los animales durante los meses más fríos del año. «Esta serie de recomendaciones tiene que ver con el programa de Bienestar Animal en las especies pecuarias, animales de deportes y animales de trabajo. A veces es complicado dar pautas puntuales, porque el programa es nacional y hay muchas recomendaciones que no aplican a todo el país, porque en Tucumán, por ejemplo, los inviernos no son tan crudos como en otras zonas del país, ahí los inviernos son cortos«, advirtió el especialista.
Las bajas temperaturas afectan a los animales y pueden tener consecuencias en su bienestar y en su productividad. Para cada tipo de ganado, las condiciones de temperatura ideales son diferentes, por lo que es necesario informarse y sobre datos como la temperatura mínima a la que pueden estar expuestos. Sobrepasados ciertos límites, puede sufrir de estrés térmico, esto se traduce en cambios de comportamiento como por ejemplo la ingesta de menos alimento o una menor producción en caso del ganado de leche. Por ello, es de gran importancia cuidar al ganado teniendo en cuenta estos factores ambientales que influyen sobre sus necesidades.
«Hay que conocer el clima y saber como serán las siguientes semanas, tener en cuenta el sistema de producción en ese momento. A rasgos generales, en invierno escasean el buen forraje en cantidad y calidad, entonces hay que empezar a suplementar a través de granos, forrajes diferidos, utilizar verdeos propios de inviernos, que en estos casos es donde más lo necesitamos. La hacienda suele sufrir por la baja de peso y eso a largo plazo te puede dar una producción disminuida», explicó Pérez Parry.
Vigilancia constante de la salud de los animales
Las situaciones de bajas temperaturas provocan una caída de defensas en el ganado, que los hacen más susceptibles a los agentes patógenos que sobreviven al frío. Por este motivo, es más frecuente que los animales enfermen en invierno.
Algunas de las enfermedades más frecuentes entre el ganado en invierno son la mastitis o la leptospirosis, que es una enfermedad que puede llegar a afectar al ser humano.
Afortunadamente, en el ganado es fácil detectar indicios de enfermedades, ya que los animales suelen cambiar su comportamiento cuando tienen problemas de salud. Además, la tecnología también juega un papel importante en la detección de los primeros síntomas de enfermedad, teniendo en cuenta los siguientes factores:
- Movilidad del ganado: Un animal enfermo tiene una menor movilidad, a través del control por GPS del ganado puedes detectar si alguno de los animales pasa demasiado tiempo en el mismo lugar. Además, al tener al animal localizado es fácil encontrarlo y darle el tratamiento veterinario que necesita.
- Consumo de pienso y agua: El consumo de alimento de los animales varía en función de la época del año, en invierno suele aumentar. Una disminución considerable del consumo de pienso puede estar relacionado con la presencia de enfermedades entre el ganado. Por ello, es importante llevar un control de los consumos dentro de una granja.
- Control del peso: Uno de los síntomas más frecuentes de enfermedad es la pérdida de peso.
Aportar una alimentación más calórica y en mayores cantidades
Como ya hemos comentado por encima, los animales tienden a consumir más alimentos en invierno con las bajas temperaturas. Este alimento les ayuda a crear una capa de grasa en su cuerpo que les permite un mejor aislamiento de las bajas temperaturas.
Por ello, es importante aumentar el suministro de alimento, además de considerar optar por una alimentación más calórica en los meses de frío.
Buscar lugares secos para su descanso
En invierno, además de las bajas temperaturas, también hay una mayor cantidad de lluvias e incluso nevadas, que generan barro y hacen que la explotación ganadera tenga muchas zonas mojadas. Si los animales se tumban en el barro este se adhiere a su pelaje y “desperdician” energía y calor corporal en secar este barro.
Los animales necesitan espacios secos y accesibles para descansar, de manera que si hay precipitaciones puedan refugiarse de forma fácil.
Tener un control de los suministros de agua y alimento
Garantizar el alimento y el agua durante todo el invierno es clave para mantener al ganado en un buen estado de salud incluso cuando las temperaturas son muy bajas. Por ello es importante llevar un control de las reservas de pienso y agua que hay disponibles, lo que facilita hacer los pedidos al proveedor y no quedarte sin recursos.
Conociendo los niveles de silos y depósitos nos aseguramos de garantizar que los animales dispondrán de bebida y alimento. «Es raro mencionar al agua en épocas invernales como un cuidado de bienestar, porque lo relacionamos con las olas de calor y la hidratación de buena calidad y cantidad. Pero en invierno lo recomendamos, el organismo necesita para sus actividades metabólicas. Hay zonas que en invierno el agua se congela y animales de producción extensiva se ven dificultados para poder ingerir, a veces son capas finas que el animal puede romperlas, pero a veces el hielo es tan grueso que no se puede romper, ahí es necesario que el hombre recorra las aguadas con un martillo o hacha para asegurar el acceso al agua potable», remarcó Pérez Parry.
Según relató el doctor, siempre se utilizan los indicadores de bienestar animal. Tanto la situación de calor o frio extremo terminan con la misma problemática para el animal: el distrés. «El estrés por frio el animal le hace frente, pero cuando ya son varios días, el estrés normal se transforma en distrés. Nos damos cuenta de algunos indicadores como por ejemplo que el animal no gana peso, el estado corporal no es el adecuado; es común que en pequeños animales como cabra u ovejas, veamos el famoso apiñamiento, porque los animales se juntan para darse calor por conducción. En determinadas situaciones también puede aumentar la mortalidad, esos son indicadores que avisan al productor para que puedan intervenir», finalizó el especialista.
(Fuente: Suena a Campo)