Lo que le juega en contra al maíz son los costos de producción y el contexto actual podría invitar a los productores a volcarse a sembrar soja en detrimento del cereal. Alejandro Sartori, Líder de Marketing e I+D en Amauta Agro, explicó que “muchos productores consultan sobre el mercado de fertilizantes, porque a nivel país las condiciones arancelarias y las importaciones afectan al mercado. Estamos en una etapa donde se juega mucho el número por el maíz temprano y con esta condición hídrica, si no llueve en los próximos 20 días no sabemos cuánto maíz temprano se va a sembrar, quizá se vuelquen al tardío”.
Según Sartori, “la soja tiene la ventaja de que se siembra mas tarde y cuando se analizan las proyecciones climáticas para octubre y noviembre la probabilidad de fenómeno Niño esta en el 90% entonces se entiende que van a tener mas lluvias y eso va a favorecer los rendimientos». Entonces dependerá de las precipitaciones en cada zona si se siembra maíz o soja. Diego Regnicoli, Gerente de Desarrollo de Autógamas Centro Norte en Grupo Don Mariodetalló a este medio que “si bien hay un año Niño por delante, esperamos que se anticipen las lluvias porque el productor viene de una campaña muy complicada para los tres cultivos en toda la Argentina, por eso esperamos que la soja y el maíz puedan expresar todo su potencial. Nosotros recomendamos trabajar los campos a nivel lote, elegir la variedad para cada uno. Debemos observar cómo estamos de agua útil y evaluar si podemos ir hacia una fecha de siembra temprana o si tenemos que demorar, esperando alguna recarga hídrica para buscar estabilidad en los rendimientos”.
Con esa misma expectativa, desde la Bolsa de Comercio de Rosario estiman que “para muchos productores, la soja es el cultivo al que se recurre en última instancia cuando no se puede sembrar todo el maíz que se quisiera». Además, la falta de recursos financieros hace imposible afrontar la campaña, por lo tanto la soja aparece como una opción apetecible: después de nueve campañas en caída la oleaginosa podría registrar un incremento de área y llegar a las 17 millones de hectáreas.
(Fuente: Ámbito Financiero)