La presión por el inicio de la cosecha de soja en Estados Unidos quedó plasmada hoy sobre las pizarras de la Bolsa de Chicago, donde la posición noviembre de la oleaginosa retrocedió un 1,8%, tras variar de 492,46 a 483,82 dólares por tonelada.
Luego del cierre de la jornada de negocios, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) relevó el avance de la recolección estadounidense de soja sobre el 5% del área apta, frente al 3% de igual momento de 2022, al 4% promedio de las últimas cuatro campañas y al 4% previsto en promedio por los operadores.
Además, el organismo marcó que perdieron hojas el 54% de las plantas y que el 52% de la soja está en estado bueno/excelente, sin cambios en la comparación con la semana pasada, pero por debajo del 55% de igual momento del año pasado.
El martes pasado, en su informe mensual de estimaciones agrícolas, el USDA ajustó de 114,45 a 112,84 millones de toneladas su previsión sobre el volumen de la producción estadounidense de soja, una acción que podría haber sido alcista, de no mediar un recorte inesperado por el mercado de la proyección oficial de las exportaciones, de 49,67 a 48,72 millones de toneladas.
Ese segundo hecho no sólo amortiguó la caída de las existencias finales 2023/2024 en Estados Unidos, que igualmente retrocedieron de 6,67 a 5,99 millones de toneladas, sino que implicó –las proyecciones después deberán validarse en la práctica– la tercera campaña agrícola consecutiva con ventas externas en baja. En efecto, el volumen de exportaciones ahora estimado por el USDA resulta el más bajo desde los 45,80 millones de toneladas del ciclo 2019/2020, cuando la producción sumó 96,67 millones de toneladas.
En busca de un nuevo récord
En un nivel de precios que parece moverse cómodamente debajo de los 500 dólares por tonelada, marca que en los últimos años se impuso como un límite psicológico para diferenciar lo bueno de lo malo en el mercado de la soja, mucho tiene que ver Brasil, que sigue exportando con fluidez el grano de la cosecha récord 2022/2023, que la Compañía Nacional de Abastecimiento brasileña estimó en 154,62 millones de toneladas, y que ya comenzó la siembra del ciclo 2023/2024, con proyecciones privadas que ubican la producción entre 155,81 y 163,30 millones de toneladas, según un reciente relevamiento.
La consultora brasileña AgRural informó que la siembra de soja brasileña avanzó sobre el 0,2% de un área prevista en 45,40 millones de hectáreas –un 3% mayor que la del ciclo 2022/2023–, frente al 0,1% de igual momento de 2022. “Pese al adelanto del fin del vacío sanitario para algunos productores, el ritmo de trabajo aún es lento en Mato Grosso (es el mayor productor de soja del país) debido a la espera de mayores volúmenes de lluvia. La semana pasada se registraron algunos buenos acumulados en zonas aisladas del Estado, pero las previsiones muestran pocas precipitaciones hasta finales de septiembre. Además, las temperaturas son bastante elevadas”, indicó la firma, que proyectó el volumen de la nueva cosecha de Brasil en 163 millones de toneladas.
Agregó que quien impulsa actualmente el ritmo de la siembra es Paraná, “donde la buena humedad del suelo incentiva a los productores del oeste y del sudoeste a entrar en el campo”.
Ventas en la Argentina
La Argentina también viene haciendo un aporte a la caída de los precios internacionales de la soja, en función de la aceleración de las ventas de los productores –se calculan cerca de 2,40 millones de toneladas entre ventas a remitir y fijaciones– para usufructuar las mejores propuestas nominales que viene haciendo la demanda en plena vigencia del nuevo Programa de Incremento Exportador.
En ese escenario, cobra relevancia el hecho de que las declaraciones juradas de ventas al exterior de poroto de soja 2022/2023 crecieron en 655.355 toneladas en lo que va del régimen cambiario especial –pasaron de 1.124.468 a 1.779.823 toneladas al cierre de hoy–, con una mayor actividad de los exportadores de grano sin procesar. Es decir, los vendedores estadounidenses no solo tienen que lidiar con la abundante oferta de Brasil, sino que en los últimos días también debieron asimilar compras chinas de soja argentina.
Cabe señalar que en su último informe mensual de estimaciones agrícolas –17 de agosto–, la Secretaría de Agricultura de la Nación proyectó las exportaciones de poroto de soja 2022/2023 en 1 millón de toneladas.
Hoy la demanda de las fábricas para la zona del Gran Rosario volvió a proponer 160.000 pesos por tonelada de soja, sin cambios respecto del viernes, pese a la importante caída del mercado externo. Los exportadores, en tanto, recortaron sus propuestas para Bahía Blanca y para Necochea de 160.000 a 155.000 pesos por tonelada.
En el Matba Rofex el contrato noviembre de la soja cerró sin cambios, con un ajuste de 402,50 dólares por tonelada, mientras que la posición mayo, que marca la entrada de la próxima cosecha argentina, retrocedió de 344,90 a 344,50 dólares.
(Fuente: La Nación)