Era previsible e inevitable. La falta de lluvias durante los últimos meses volvió a establecer condiciones de sequía sobre gran parte del área agrícola nacional, propinándole otro golpe al trigo con un nuevo recorte en la estimación de producción. Así, la cosecha del cereal pasaría de las 15 millones de toneladas proyectadas el mes pasado a unas 14,3 millones en la actualidad, dejando en el camino 700.000 toneladas.
De esta manera, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) ajustó un 5% más la estimación de producción del cereal respecto a lo calculado en septiembre y en 1,3 millones de toneladas en comparación con lo que se esperaba al comienzo de la campaña. Esto quiere decir que con el nuevo guarismo, la cosecha de trigo solo se ubicaría 2,8 millones de toneladas por encima del desastroso ciclo de 2022/23, fuertemente impactado por la histórica sequía, aunque esta diferencia puede aminorarse si no se producen lluvias de magnitud en los próximos días.
Bajo este panorama, “el ciclo de trigo 2023/24 sigue posicionándose como la cuarta producción más baja de las últimas 10 campañas si no se produce un cambio rotundo del clima en lo que resta de octubre y noviembre”, alertó la BCR y advirtió que “el cultivo sigue deteriorándose mientras se van cumpliendo etapas claves de definición de rinde en Argentina. Es urgente la necesidad de lluvias importantes a gran escala para poder completar los granos y detener la caída que se viene corroborando cada semana”.
Detalle
Según detalló el informe de la BCR, salvo las lluvias de fines de mayo sobre el este de la región pampeana, las de la primera semana de septiembre en el centro de la región núcleo, y las que han acompañado al sureste bonaerense, y hasta hace un mes atrás a Entre Ríos, la campaña triguera 2023/24 “no recibió lluvias importantes en lo que va del ciclo”.
En esta línea, el clima ha privilegiado este año solo al sureste de Buenos Aires, donde “las precipitaciones han afianzado un escenario de alta productividad”. Esta es la razón que pone a Buenos Aires en cabeza de pelotón de los rindes trigueros provinciales de Argentina con una productividad potencial de 33,5 quintales por hectárea (qq/ha).
En el resto del país, los distintos grados de afección por falta de agua dejan a los rindes trigueros provinciales por debajo de los 30 qq/ha: en Santa Fe se estima un rinde de 28,9 qq/ha; en Córdoba el trigo pasa por un escenario que ya puede caracterizarse de desastre productivo con un rinde 22,3 qq/ha; mientras que en Entre Ríos se esperan 27 qq/ha.
Maíz y soja
Pero la sequía no solo golpea al trigo. Así, la Bolsa rosarina marcó que para el maíz 2023/24 se estima que por la falta de agua y la imposibilidad de concretar siembras en fechas tempranas 400.000 hectáreas pasarán de maíz a soja. De esta manera, el nuevo ciclo de maíz cubrirá 8,48 M hectáreas con una producción en torno a los 56 millones de toneladas.
Por el lado de la soja, “la necesidad financiera y la falta de agua impulsan un nuevo crecimiento del área de siembra”, planteó la BCR, por lo que la segunda estimación nacional de área para la oleaginosa señala una siembra de 17,4 millones de hectáreas, 400.000 hectáreas más que las estimadas el mes pasado. “Con un 8,75% más de área que en la 2022/23, y un escenario normal de clima, Argentina podría producir aproximadamente 50 millones de toneladas de soja contra los 20 millones del ciclo anterior, o sea dos cosechas y media más que en el malogrado ciclo pasado”, finalizó la entidad.
(Fuente: Infobae)