En el escenario agrícola de Tucumán, el cultivo de frutillas ha experimentado un notable aumento, alcanzando las 567 hectáreas. En SUENA A CAMPO invitamos al ingeniero agrónomo Daniel Kirschbaum, Coordinador Nacional del Programa de Hortalizas, Flores Aromáticas y Medicinales del INTA para profundizar en las estrategias y desafíos detrás de este crecimiento y también para analizar los factores que impulsan la expansión del área productiva de frutillas en esta región.
– ¿Cuáles considera que son los elementos clave que han contribuido al crecimiento sostenido del área de cultivo de frutillas en Tucumán?
– En general para cualquier cultivo la expansión está determinado por la rentabilidad, eso es una buena noticia porque significa que la rentabilidad también mejoró. Esto está dado por buenos precios que hay a partir de la exportación de frutilla congelada de Tucumán al segmento orgánico; también por la demanda en el consumo nacional que aumentó a partir de la pandemia por las bondades que todos sabemos tiene la frutilla. Además esa expansión se da porque tenemos una calidad competitiva de frutilla en relación otras regiones y países. Es decir que la rentabilidad, la demanda creciente y el producto de calidad hace que haya un crecimiento del área cultivada.
– Desde la perspectiva del INTA, ¿qué estrategias se han implementado para fomentar y respaldar el aumento del área productiva de frutillas en la región?
– Nosotros siempre apuntalamos a los productores del sector frutillero en general, tenemos muchas líneas de investigación que están relacionadas con el aumento de la productividad y de la calidad de cultivo, así también como a lo referido a la utilización de insumos cada vez más amigables con el medio ambiente, sobre estos temas hacemos capacitaciones a técnicos, productores, a personal de campo. Lo importante es mejorar la eficiencia productiva. Mejorar la venta porque reduce los costos y teniendo mercados que paguen mejores precios se genera una mayor eficiencia. Todo esto tiene que ver con el riego, fertilización, el manejo de plagas, enfermedades y el manejo en cosecha y poscosecha. Nosotros trabajamos en esto tratando de vislumbrar hacia donde se dirige el sector.
– El 84% de la producción se encuentra en Lules ¿Existen consideraciones específicas en términos de suelo, clima u otros factores que hayan sido abordados para facilitar el crecimiento del cultivo en esta zona?
– Lo más importante de Lules es que tiene excelente productores, la profesionalidad con la que se trabaja aquí la encontramos en pocos lugares del país. Tucumán y Lules históricamente fue el polo frutillero. Es la primera o segunda más importante del país, su importancia obedece también a una buena fertilidad del suelo, un buen drenaje, disponibilidad de agua para riego y el clima benigno con temperaturas suaves en el invierno y escasas lluvias hasta mediados de primavera. Además de Lules, ahora el cultivo se expandió a Famaillá, Monteros, Alto Verde, e incluso hacia algunas zonas de Leales.
– Donde se está comercializando actualmente la producción de la provincia? Cuánto es destinado para consumo interno y cuánto se exporta?
– En Tucumán la mayor proporción de la producción está destinada a la fruta de industria o frutilla congelada, que se lleva entre un 60 y 70%. Teniendo en cuenta la superficie de hectáreas estamos cosechando alrededor de 20.000 toneladas de frutillas en la provincia, de lo cual el 60% se exporta a Estados Unidos, Canada, algunos países de Europa, el sudeste asiático y Brasil. En cuanto a la fruta fresca, los principales mercados en la época de producción de primicia (entre mayo y agosto) son Buenos Aires, Córdoba y Mendoza.
– La semana pasada participó de la Fiesta Nacional de la frutilla en Coronda, zona competencia para la frutilla de nuestra provincia, ¿qué observó que podría ser de particular interés o beneficio para la provincia de Tucumán?
– Lo más importante que nosotros deberíamos empezar a imitar de ellos es la utilización de macrotuneles para proteger el cultivo de las lluvias y temporales, que si aparecen en invierno nos traen problemas graves ya que van diezmando la producción. Sin ir más lejos, esta temporada perdimos cerca de 10.000 kilos por hectárea. Coronda utiliza los macrotuneles para proteger del frio, nosotros no tenemos problema de temperaturas pero si de lluvias en algunos momentos, por eso sería importante que los productores empiecen a utilizar al menos en parte de sus terrenos los macrotuneles, eso le va a permitir que sigan cosechando fruta durante los días de lluvia y no pierdan ventas. También están utilizando mallas, lo cual es interesante, este año nosotros tuvimos que desechar una gran cantidad de fruta que estaba dañada por el contacto directo con el sol, estas dos tecnologías que no son complicadas, van a permitir mantener la producción de primicia que es a lo que Tucumán apunta.
(Fuente: Suena a Campo)