Argentina y Brasil tienen una brecha de rendimiento, que pone al país carioca en una posición de ventaja. En los últimos 20 años, el país vecino logró mejorar la productividad y sacar una diferencia.
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) presentó un informe en el que se destaca a la tecnología y la semilla como los principales motivos de la brecha. También se sumó el clima.
“El cierre de brechas en soja entre Argentina y Brasil podría incrementar las exportaciones en más de US$ 3000 millones”, planteó la BCR. En este punto, los datos reflejaron que, durante 20 años, Argentina pasó de un rendimiento promedio de 27,1 quintales a 29,5 quintales por hectárea.
Mientras que, Brasil pasó de 27,7 quintales a 33,8 quintales por hectárea. Los rendimientos promedios de soja en Brasil crecieron 24 %.
“El cierre de brechas también redundaría en un alza del procesamiento de soja por parte de la industria aceitera. Recortando su capacidad ociosa y apuntalando la demanda global de aceites y harinas, el cierre de brechas daría pie para un muy necesario repunte exportador”, señaló el informe.
Las causas de la brecha de rendimiento son: tecnología, retenciones y clima. “Trabajos científicos muestran que se mantuvo una cierta ganancia genética en el país, pero de menor valor que en el Brasil, que además tuvo un ‘salto genético’ con cambios promovidos por empresas argentinas”, se desprende de información provista por ACSOJA.
Además, Brasil triplica a Argentina en programas de mejoramiento genético de soja. “No conforme con ello, con más inversión promedio por programa, Brasil duplica en eventos biotecnológicos a la Argentina”, planteó la BCR.
Las retenciones son un punto. El informe explicó que el mayor ingreso disponible de los productores brasileros les permitió amplificar sus inversiones en tecnología en niveles superiores a las cadenas de valor argentinas.
“Este tipo de tributos han generado un marcado apoyo neto negativo para el campo argentino, a contramano de lo sucedido en Brasil. Como fuera oportunamente destacado, en los últimos 20 años Argentina detrajo casi US$ 200.000 millones del campo, mientras Brasil le aportó más de US$ 190.000 millones”, señaló el informe.
El tercer punto son las diferencias climáticas. La zona de Mato Grosso dispone un régimen de lluvias más generoso y significa una menor variabilidad de precipitaciones entre regiones.
Sobre La Niña, el informe planteó: “Es evidente que los fenómenos climáticos afectan a ambas regiones productivas notablemente. Sin embargo, vale la pena destacar que la dinámica climática en la principal zona productiva argentina ha sido mucho más adversa que en dicha zona del Brasil, lo cual también colabora en explicar la brecha de rendimientos entre ambos países”.