Pérez Frontini explicó que el proceso de certificación se lleva a cabo durante la cuarentena de los animales. “Nuestra tarea incluye la inspección de los lotes en cuarentena, donde seleccionamos los animales que cumplen con el estándar. Cada animal recibe un certificado único, asegurando su trazabilidad y conformidad con los requisitos”, afirmó. Este método evita el marcado a fuego de los animales, que en este caso son preñados y en condiciones delicadas para el transporte.
El criador también comentó sobre el potencial de este negocio. “Esperamos que esta tendencia se transforme en una corriente comercial estable para la venta de genética. Estos programas no solo aportan valor al mercado, sino que también ofrecen una opción de comercialización diferenciada para los productores que seleccionan y crían animales de alta calidad”, subrayó Pérez Frontini.
En cuanto a futuras oportunidades, Pérez Frontini indicó que, aunque no hay planes concretos para nuevos negocios en el corto plazo, se prevé que la exportación de vaquillonas continúe. “Estamos comenzando a certificar otros animales que probablemente se exporten en los próximos meses. Turquía sigue siendo un mercado clave para nosotros, y esperamos seguir contribuyendo con nuestra genética de calidad”, concluyó.
(Fuente: Agro del Sur)