La imagen es armoniosa; equilibrada: un sistema acuapónico combina carpas comunes nadando en tanques con ajos creciendo sobre sus cabezas en lechos hidropónicos en el invernadero de la Estación Experimental del INTA Valle Inferior. Este ciclo ilustra la esencia de la acuaponía: los desechos de los peces se transforman en nutrientes para las plantas, que purifican el agua antes de devolverla limpia a los tanques. Así, peces y vegetales trabajan juntos en un sistema que maximiza recursos y promueve la sostenibilidad.
¿Qué es la acuaponía y por qué importa?
La combinación es casi ágica: la acuaponía une la acuicultura (cría de peces) con la hidroponía (cultivo sin suelo). En este sistema, bacterias transforman los desechos de los peces en nitratos, que las plantas absorben para crecer de forma vigorosa. El agua, limpia tras este proceso, regresa a los tanques, cerrando un ciclo eficiente y ecológico. Este modelo utiliza hasta un 90% menos de agua que la agricultura convencional y evita el uso de fertilizantes químicos.
Río Negro: innovación con impacto local
En la Estación Experimental del INTA, el equipo liderado por Aldo Alarcón ha adaptado la acuaponía para las condiciones locales. Usando carpas comunes, una especie invasora del río Negro, y ajos Morado INTA, lograron integrar un sistema que no solo es eficiente, sino que transforma problemas ambientales en soluciones productivas.
Un modelo con proyección global
La acuaponía está revolucionando la agricultura sostenible a nivel mundial. Desde proyectos caseros hasta operaciones comerciales, este sistema demuestra su capacidad para combinar sostenibilidad y productividad. En Latinoamérica, además de Río Negro, iniciativas similares están abordando problemas como la falta de agua y suelos degradados, ofreciendo una alternativa tangible para garantizar la seguridad alimentaria.
Además, la acuaponía es una herramienta educativa en escuelas y universidades, donde se enseña a las nuevas generaciones sobre biología, ecología y prácticas agrícolas modernas. Con su capacidad para reducir la huella ambiental y adaptarse a distintos entornos, es un modelo que redefine cómo producir alimentos en un mundo en constante cambio.
Hacia un futuro sostenible
El caso de Río Negro es un ejemplo de cómo la acuaponía puede cambiar la forma de producir alimentos en un contexto local y global. Este sistema no solo optimiza los recursos disponibles, sino que fomenta una relación más equilibrada entre la producción y el entorno natural.
“La acuaponía nos muestra que los desafíos pueden convertirse en oportunidades. Al integrar peces y vegetales en un ciclo armonioso, no solo creamos alimentos, sino también soluciones sostenibles que benefician a las comunidades y al medio ambiente”, concluyó Silvana Guerrero, técnica del INTA.
Fuente: Inta