El sector agroindustrial argentino enfrenta un nuevo golpe con la entrada en concurso preventivo de acreedores de cuatro grandes empresas: Los Grobo, Agrofina, Surcos y Sancor. Mientras que las compañías aseguran que se trata de un paso necesario para reestructurar su economía, el temor crece entre productores, proveedores y financistas. En el caso de Sancor, la intervención del Juzgado de Primera Instancia Civil y Comercial de Rafaela agrega una capa extra de complejidad a la crisis. ¿Cómo afecta esta situación al mercado agropecuario y qué consecuencias podría traer? Para entender mejor el panorama, consultamos al economista Eduardo Robinson.
– Eduardo, ¿qué significa que empresas de esta magnitud entren en concurso preventivo de acreedores?
– Sin dudas que se encendieron luces amarillas en el sector por la presentación de Concursos Preventivos de empresas lideres en el sector agroindustrial. Problemas de elevados endeudamientos, que en el caso de Sancor, viene desde hace varios años. Es una señal importante de fallas en el gerenciamiento de estas empresas, que no lograron reestructurar adecuadamente sus pasivos. Por ahora, todo parece indicar que esto responde a cuestiones internas de empresas con mucha relevancia y que genera preocupación en todo el sector,
– ¿Cuáles son los principales motivos detrás de la crisis financiera que enfrentan estas compañías?
– Seguramente, la situación a la que llegaron estas empresas no responde a un solo factor. Pero, el más relevante parece ser una situación de sobreendeudamiento que no supieron reestructurar de manera adecuada. Esto es por lo que se puede observar por las alertas que se fueron dando antes de llegar a una situación previa a la quiebra. Podría también suceder que estas empresas eligen esta instancia, del concurso preventivo como una forma de ganar tiempo y oxigenar la situación del endeudamiento. Es una especie de escudo legal ante los acreedores de las empresas. Lo hemos visto en algunas empresas del medio local. Ganan tiempo, declarando este recurso. Pero, claramente dañan la situación de los acreedores que deben esperar los avances judiciales para cobrar sus acreencias. En el caso de Sancor, transcendió que no se logró recapitalizar la empresa con la creación de un fideicomiso que aportaba alrededor de 60 millones de dólares para incrementar el procesamiento de leche y reimpulsar su recuperación financiera. Esta iniciativa, si bien empezó a desarrollarse por unos años desde fines del año 2021, no logró su cometido dado que no se alcanzaron los montos requeridos. Se trata de una empresa líder en el mercado lácteo argentino que al parecer no tuvo una adecuada gestión de su deuda. Algo similar se observa en el caso de los Grobo, con sus empresas Agrofina y Los Grobo Agropecuaria: incapacidad de pago por inadecuada gestión de deuda. Como le decía, el Concursos les permite ganar tiempo, mientras continúan operando. Los productores observan un manejo fraudulento, como la no devolución de sus granos por alrededor de 50 millones de dólares. Es evidente que hay fallas internas en el manejo de los pasivos. Lo proio ocurre con la empresa Surcos. El denominador común que se observa en estas empresas es una inadecuada gestión de la deuda. El problema es que estos errores, los terminan soportando los acreedores e impacta en la cadena de pagos del sector.
– ¿Cómo repercute esta situación en la cadena de pagos y en los productores que dependen de estas empresas para insumos y servicios?
– Como le decía antes. No es la mejor situación para los actores involucrados en esta cadena productiva. Estas empresas involucran una cantidad importante de actores que se ven perjudicados por la situación de las empresas. El Concurso les impide, por ahora cobrar sus acreencias en tiempo y forma. Por supuesto, que afecta la provisión de insumos por la desconfianza que generan y lo más importante es que afectan a muchos trabajadores que pierden sus puestos. Sancor despidió 300 trabajadores, es un número enorme. No sólo hay una cuestión financiera delicada, que afecta la cadena de suministros y de pago, sino a muchas familias.
– Los directivos de las compañías afirman que el concurso es parte de un plan de reestructuración. ¿Cuáles son las probabilidades de que logren salir adelante?
– Es difícil saberlo. La figura legal del Concurso les permite ganar tiempo, probablemente presentar un plan de saneamiento de pasivos. El problema son los daños colaterales. Esto es, resentir la cadena de pagos en las zonas de mayor influencia de estas empresas y el daño a los productores que también tienen deudas a las que hacer frente. Las probabilidades de que mediante el Concurso se logre una adecuada reestructuración dependerá de los aspectos gerenciales
– ¿Qué impacto puede tener esto en el acceso al financiamiento para otras empresas del sector?
– Esta situación lleva a que crezca la desconfianza en el sector. Si empresas altamente relevantes en el sector están en Concurso Preventivo, quiere decir que empresas de menor magnitud pueden tener también dificultades financieras. El problema es que se puede restringir el crédito, aumentar el costo de la deuda y problemas de financiamiento. Si un productor vinculado a estas empresas gestiona fuentes de financiamiento bancarias, por ejemplo, le será muy complicado acceder a financiamiento. Las señales no son buenas. El proceso recién empieza y las alarmas están encendidas.
– ¿Cuánto influyó la coyuntura macroeconómica argentina en esta crisis y cuánto responde a problemas internos de cada compañía?
– Estas empresas vienen mostrando síntomas de fragilidad financiera desde hace ya varios años. Sobre todo, Sancor. Si bien es cierto que hay un contexto de dólar barato, aún alta presión fiscal, precios internacionales muy ajustados e incrementos de costos que le han restado competitividad al sector, lo cierto es que, todo indica que el grueso del problema es interno. No se puede juzgar el gerenciamiento, pero es claro, que no hubo un manejo adecuado del financiamiento. Lo vimos en el año 2020 con Vicentin. Es normal que las empresas en el tiempo puedan tener ciertos desajustes financieros. Me niego a pensar que se trate de empresas inviables. Porque el sector no es inviable y son empresas que pueden enfrentar circunstancias macro o internacionales de cierta adversidad. Por eso me inclino a pensar que estamos ante errores de management más que a problemas de contexto.
(Fuente: Suena a Campo)