La madrugada del 18 de marzo no fue una más para quienes crían animales para producción al sur del río Colorado, el límite natural que separa a la Patagonia del resto del país. El Gobierno Nacional había decidido la flexibilización de la barrera sanitaria que opera allí.
La decisión, sorpresiva para las gobernaciones y las entidades de productores, generó una inmediata respuesta de los mismos y posiciones duras que se condijeron con el tono de las declaraciones.
La polvareda que levantó la medida no fue poca, y en menos de 24 horas el Gobierno decidió prorrogar la decisión por 90 días. Chubut y Santa Cruz, por ejemplo, habían advertido con ir a la Justicia.
Además los productores de Tierra del Fuego temían -y todavía temen- por quedar aislados del resto del país ante un eventual brote de enfermedades en cualquiera de las otras provincias, incluso las del Norte Grande. Cabe recordar que habitualmente trasladan la hacienda a través de Chile, porque Argentina no cuenta con embarcaciones preparadas para estas producciones para comunicar a la isla con el continente.
Fueron horas en las que sobrevoló el fantasma de las fricciones que habían desatado el conflicto por flexibilizaciones en la pesca a raíz de la Ley Ómnibus a fines de 2023, con la amenaza desde las provincias para limitar la entrega de gas al resto del país.
No obstante en la Patagonia, a más de un mes de aquellas horas de vértigo, advierten por el impacto que ya está generando la situación de la tregua en la flexibilización de la barrera sanitaria y piden que se implemente un plan nacional de erradicación de enfermedades.
“No podemos quedarnos anclados al río Colorado toda la vida”, reconoció el ministro de Producción de Río Negro, Carlos Banacloy.
BARRERA SANITARIA: SI EL NORTE FUERA EL SUR
En diálogo con Infocampo, el funcionario expresó: “Obviamente cuando vos tenés cambios de reglas de juego, todo lo que sea inversiones y proyecciones de mediano plazo las dejás en ‘stand by’. Lo que es inexplicable es por qué Argentina no puede tener un plan sanitario como tienen todos, donde cualquier tipo de enfermedad, plaga o lo que vos tengas tiene que tener un plan de mitigación y erradicación”.
“Y esto pensemos en mosca de los frutos, pensemos en aftosa o brucelosis. Y ahí es donde nosotros no podemos entender que después de 24 años que viene trabajando la Patagonia para conseguir este estatus, no se pueda avanzar a nivel país”, comentó Banacloy.
A raíz de esto, tanto las provincias como la Mesa de Enlace participaron el pasado 14 de abril de una reunión con la Secretaría de Agricultura. Desde el Sur el planteo fue un poco más allá de la defensa de la barrera, sino que buscaron llevar la discusión a una “zona buffer”, paulatina, en dirección hacia el norte.
Se trata de la opción de correr la actual barrera por un plazo estimado de tiempo, algo en lo cual quedará en manos de la discusión política y la obtención de consensos. La esperanza de resolución en modo trámite es nula y desde la Mesa de Enlace lo reconocen. “Bastante complejo para resolverlo rápido”, expresaron ante este medio.
“Estamos convencidos de que tenemos que ir hacia el norte porque, si no hay circulación comunitaria ni presencia de virus en el resto del país, lo lógico sería que dejemos de vacunar. Y eso es algo que realmente no terminan de explicar por qué no”, apuntó Banacloy. Las provincias ya le plantearon a Senasa el pedido del plan estratégico.
“NO QUEREMOS EXPORTAR GRANOS”
La búsqueda en la región es evitar la venta hacia el Exterior de granos como actividad preponderante, con la intención de generar las condiciones para que se incremente la cadena de valor en origen.
En ese sentido, hay preocupación por incertidumbres que aparecieron en las inversiones de riego, sobre todo para las zonas del Valle Medio o Valle Inferior del río Negro, donde se busca avanzar con la agricultura extensiva pero a la vez vinculada a la producción de carnes.
Incluso el 27 de mayo se hará en Cipoletti un evento realizado por la cadena alfalfera de la “Patagonia Norte” con el objetivo de abordar la producción de alfalfa de calidad. El movimiento de la actividad está en crecimiento desde hace un largo tiempo y realizarán capacitaciones en mejoramiento genético, mecanización, incorporación de tecnología, transporte y logística, mercado mundial y exportación.
“Nosotros lo que no queremos es exportar granos ni exportar alfalfa, que esa puede ser una alternativa, pero no tiene que ser la única. Nosotros lo que queremos es transformar eso en kilo vivo”, comentó Banacloy. Según la Provincia, allí se pasó de un abastecimiento interno del 35% a un 65%. Y que hoy la Patagonia se está autoabasteciendo prácticamente en 70% del hueso gracias al crecimiento de la ganadería regional.
“Acá no había cabañas, engordes o infraestructura. Es importante el significado de las nuevas zonas, bajo el riego, para transformar en kilo vivo. Todo eso no existía, todo eso se desarrolló. Entonces, la exportación a partir de un estatus sanitario diferencial, para que pase, hubo que hacer todo lo que se hizo. Y en un país que de golpe prohíbe la comercialización de la carne, las exportaciones, de golpe las abre, de golpe ancla el tipo de cambio y luego pone cepo, lo saca…nos cambió las reglas de juego en 10 años como 20 veces”, expresó.