Las vacas manifiestan el estrés calórico de distintas maneras y su efecto puede observarse tanto a corto como a largo plazo. Conocer el estrés calórico es clave para los productores que manejan vacas en climas más calurosos y húmedos, o en fincas ubicadas en zonas que sufren intensos periodos de calor durante el verano. Existen prácticas de manejo adecuadas que ayudan al hato a evitar parcialmente el calor y hay estrategias que funcionan para ayudar a los animales a afrontar el estrés durante los meses más calurosos.
Generalmente, las soluciones más simples para el estrés calórico son económicas: solo se requiere un buen manejo del hato. A continuación 10 consejos para el manejo del estrés calórico para ayudar a que su ganado se mantenga fresco.
Proporcionar sombra
Cuando se les proporciona una sombra adecuada, las vacas presentan una menor frecuencia respiratoria, su temperatura corporal disminuye y muestran menos agresividad.
Limpiar los bebederos
Las vacas pueden beber de 30 a 50 galones de agua en un día normal, pero esa cantidad puede duplicarse cuando el animal presenta estrés calórico. Al proporcionar agua fresca y limpia, las vacas beberán más y se mantendrán hidratadas.
Alimentar durante las horas más frescas
A las vacas no les gusta comer el alimento caliente y las raciones totalmente mezcladas (TMR) son propensas a calentarse cuando se dejan a la intemperie. Al vaciar, mezclar y repartir el alimento temprano, las vacas pueden comer antes de que el alimento se caliente y rumiar durante las horas más calurosas del día.
Estar atento a las inconsistencias del estiércol
Cuando la vaca experimenta estrés por calor disminuye la eficiencia de la fermentación ruminal, lo que da lugar a una pérdida en la utilización de nutrientes. Reformular la ración puede ayudar a lograr un potencial nutricional óptimo durante los periodos en que disminuye la ingesta de materia seca.
Asegurar el acceso al alimento (TMR)
Es frecuente una disminución del consumo durante los periodos de estrés calórico. Pero al facilitar alimento en todo momento, las vacas comerán pequeñas cantidades a lo largo del día, reduciendo así el calentamiento térmico causado por consumos abundantes.
Utilizar rociadores, sistemas de nebulización y ventiladores
Observe dónde se juntan las vacas. ¿Por qué están ahí? ¿Hay un rociador en otra parte del establo? ¿Están los ventiladores proporcionando suficiente flujo de aire? Incluso si tiene un sistema de enfriamiento, asegúrese de que esté ubicado estratégicamente y que esté funcionando correctamente.
Reducir el tiempo en los corrales de espera
El principal problema con el estrés calórico es que el ambiente es demasiado caluroso para disipar el calor proveniente de las vacas. Mantener a las vacas en estrechos corrales de espera, durante prolongados períodos de tiempo, hace que disminuya el espacio y el flujo de aire.
No encerrarlas durante el mediodía
Las vacas son muy inteligentes y se alejan de las zonas que son demasiado calurosas, pero solo si tienen el espacio para hacerlo. Al permitirles moverse durante las horas más calurosas del día, les deja desplazarse a los lugares más frescos del corral.
Alimentarlas con forrajes de alta calidad y más digestibles
Debido a que las vacas son propensas a comer menos cuando hace calor, es esencial un acceso eficiente a los nutrientes para su salud y la producción. Los forrajes de primer corte o los fermentados proporcionan energía sin requerir tanta rumia, a diferencia de los alimentos más fibrosos; reduciendo así la generación de calor.
Utilizar un aditivo proveniente del cultivo de levadura
Se ha comprobado que los cultivos de levadura favorecen el crecimiento de las bacterias ruminales, responsables tanto de la digestión de la fibra como de la eliminación de los ácidos. Esto contribuirá a mejorar la eficiencia en la fermentación y a prevenir la acidosis, lo que puede ayudar al animal a bajar su temperatura corporal.
Una vaca feliz es una vaca productiva. El confort de las vacas es muy importante durante todo el año, pero es un desafío mucho mayor durante las temporadas más calurosas. Un manejo adecuado del alimento balanceado, del agua y del alojamiento puede ayudar a que su ganado se mantenga relajado y productivo.
Fuente: todo lechería