La semana pasada se inauguró oficialmente un importante laboratorio de bacteriología certificado perteneciente a la facultad de bioquímica, química y farmacia de la UNT. El mismo se llama LABACER, y por sus características constituye una gran herramienta para los frigoríficos de la provincia.
La Directora del laboratorio, Dra. Maria Ángela Jure, en diálogo Suena a Campo, dijo que: «estamos muy contentos. Fue un gran logro, porque venimos trabajando en este proyecto desde 2015«.
LABACER es un laboratorio que ya encontraba en funcionamiento solo que, según Jure, antes de la certificación las instalaciones se encontraban divididas en dos lugares. «En un lugar se hacía fundamentalmente análisis de resistencia de antimicrobianos. Y en el otro laboratorio se hacían diagnósticos de E Coli productor de toxinas Shiga (son las que pueden causar el síndrome urémico hemolítico)«, señaló la directora de LABACER.
Este laboratorio perteneciente a la UNT se dedicaba a la articulación de la comunidad científica con la sociedad. Hasta que se decidió comenzar a dirigir las energías a la parte edilicia de las instalaciones y la normatización. El resultado de esta labor fue la inauguración de un nuevo laboratorio y la certificación de normas IRAM, ISO 9001.
«Actualmente LABACER es un laboratorio habilitado por Siprosa, y estamos a la espera de formar parte de la red nacional de sanidad aviar de Senasa«. El mismo se encuentra ubicado en general paz 856. Además, cuenta con redes social como instagram, y una página web donde los interesados se pueden informar sobre todas las actividades que realiza el laboratorio, solicitar más información o pedir un análisis en particular.
Servicios que brinda LABACER
Cabe destacar que el laboratorio cuenta con un equipo llamado «mini vidas», único en el norte argentino, capaz de entregar los resultados de los análisis en 24hs. «Con este equipo podemos detectar patógenos como Salmonella, E Coli productor de toxinas Shiga, estafilococos aureus, y otras bacterias patógenas. Es muy importante detectarlas en el alimento para evaluar cómo se sigue con la producción del mismo», indicó Jure.
«Brindamos servicios a frigoríficos y carnicerías. Realizamos distintos tipos de análisis, y al estar ahora normatizados y pertenecer a la universidad le brinda un gran respaldo sobre todo a las industrias que requieren nuestros servicios. Trabajamos con ensayos microbiológicos en diferentes matrices alimenticias; también hacemos análisis microbiológico de agua, de muestras ambientales y clínicas«, añadió.
Por otro lado, remarcó que el principal problema en la cadena de producción de alimentos es que no se cumple la cadena de frío. «También, hemos detectado que la carga, de lo que conocemos como microorganismos indicadores -como los colicoliformes que nos indican una contaminación elevada-, de alguna manera refleja que no se están respetando las buenas prácticas de manufactura. A su vez, en toda la cadena de producción es importante controlar los «puntos críticos» de todo el proceso. Hay algunos establecimientos que cuentan con sistemas HACCP (sistemas de análisis de peligro y puntos críticos), y hay otros que no. Es por eso, que hemos desarrollado en conjunto con Conicet, una planilla de riesgo edilicio y microbiológico para que cada elaborador de alimentos, frigorífico o carnicería pueda conocer su situación particular, explicó Jure.
El LABACER cuenta con convenios firmados con diferentes instituciones públicas y privadas como: la subsecretaría de asuntos agrarios de la provincia de Tucumán, la dirección de bromatología de la municipalidad de Tafí Viejo, la dirección provincial de saneamiento ambiental. «De la mano de ellas hemos logrado implementar un programa de mejoramiento de la calidad microbiológica de la carne bovina, y un plan cuantificación de riesgos que fue aplicado en plantas de faena, frigoríficos y carnicerías de la provincia», comentó.