La situación que afecta a la producción de maíz en el país ha generado preocupación y movilización en diferentes sectores del agro argentino. Ante este escenario, Apronor, CIAZT, CREA (región NOA) y la Sociedad Rural de Tucumán han emitido un contundente comunicado, instando a tomar medidas urgentes para proteger a miles de productores. En este contexto, el Ingeniero Lucas Cazado, coordinador del Proyecto Plagas, en diálogo con SUENA A CAMPO, nos brindó información sobre la campaña “Salvemos al Maíz”, aportando su experiencia y conocimientos para enfrentar esta crisis que pone en riesgo la producción y la economía del país.
– ¿Cómo está la situación del cultivo en estos momentos?
– Es compleja, está muy diferenciado por áreas, el centro y el norte del país está comprometido por la chicharrita que transmite cuatro enfermedades, la más común es la que vemos en las redes sociales de los productores es el spiroplasma, desde el norte al sur hay diferentes grados de daño. Hay zonas que están muy comprometidas. Si somos más específicos, hablando de Tucumán, tenemos zonas con el cien por ciento de la producción afectada, sobre todo en la zona sur, en el este el 50%, la situación es preocupante.
– Estamos ante una plaga que es mortal, deja una imagen desbastadora…
– Esta enfermedad es transmitida por un insecto vector, como el HLB, pero en este caso afecta al cultivo del maíz, la enfermedad que produce genera la muerte completa de la planta. Dependiendo en que momento del cultivo llegue la enfermedad, puede ser mayor o menor la problemática, si es en las etapas vegetativa iniciales del cultivo, los síntomas son más marcados y puede generar más pérdidas. Si ya está adelantado el cultivo, se puede llegar a recuperar algún porcentaje de la cosecha.
– ¿Por qué la plaga afectó tanto esta campaña?
– Desde los años 90 tenemos conocimiento de esta plaga, es un insecto de clima subtropical, esta especie venía en poblaciones manejables, hoy vemos que se incrementaron esas poblaciones de manera importante y por eso estamos así, una teoría indica que esto sucedió porque venimos sin tantas heladas y por eso el ciclo de estas especies no se corten.
– Se unieron las instituciones bajo la misma causa, ¿qué medidas se pueden tomar?
– Fue un trabajo entre todas las instituciones con un fin común «Salvemos al maíz» esto es una problemática que no se puede combatir de manera individual, tenemos que trabajar de manera coordinada. La intención es juntarnos para manejar la misma información, contar a los productores sobre la problemática y tener un mensaje en común. Si no estamos todos es muy difícil que controlemos esta problemática, hay mucha preocupación y por eso estamos comprometidos para generar acciones para que baje la población de este insecto y que pueda ser posible la producción de este maíz.
– ¿Qué recomendaciones dan a partir de estas reuniones?
– En el comunicado expresamos que es necesario trabajar con vacío sanitario, tratar de fijar fecha de siembra 90 días antes de lo que tradicionalmente se siembra en nuestra zona, nosotros sembramos de diciembre a enero, se está pidiendo adelantar 90 días. Tenemos un gran compromiso es el control de maíces guacho porque este insecto solo se alimenta y deja descendencia en el maíz, cuando evitemos eso cortamos el ciclo y nos permite arrancar la campaña con menor población de esta plaga. También es importante concentrar la fecha de siembra, el escalonamiento de siembra muchas veces lleva a incrementos de la población, esto es un desafío muy grande porque hay que ponerse de acuerdo. Debemos elegir hibridos tolerantes a la problemática. Desde Crea junto con Estación Experimental queremos analizar los hibridos para generar más información al respecto. Monitorear la plaga te ayuda a conocer la dinámica de la población, si trabajamos con poblaciones bajas el cultivo podría ser exitoso, entonces debemos tomar decisiones a partir de los niveles poblacionales que vayamos detectando.
El comunicado de las instituciones
El achaparramiento del maíz es una enfermedad que genera gran preocupación en las áreas productivas del país. Las pérdidas en la región del NOA para la campaña 2023/24 son significativas, en algunos casos ya llega al 100% y en general la perspectiva de daño se estima en más del 50%.
La situación es grave. Esta enfermedad es transmitida por el insecto vector Dalbulus maidis, conocido como la “chicharrita del maíz”, el cual se alimenta y multiplica únicamente sobre plantas de esta especie. Es un insecto difícil de controlar y cuenta con ciertas particularidades, tales como su longevidad (45 a 70 días), y la posibilidad en invierno de refugiarse en cualquier otro cultivo e incluso permanecer varias semanas sin alimentarse. Los adultos se protegen en el cogollo de la planta de maíz y tienen la capacidad de volar hasta 500 kilómetros ayudados por corrientes de aire. Por lo tanto, el insecto y las enfermedades que transmite requieren estrategias integradas de manejo a nivel regional considerando que las prácticas habituales no están siendo hoy una solución efectiva para el control de la plaga.
En este escenario está en riesgo la producción de maíz a nivel nacional, cultivo necesario para la sustentabilidad del sistema. Para enfrentar esta batalla todos los integrantes de la cadena de producción debemos trabajar en conjunto, ya que resulta fundamental mantener a la población de la plaga en el nivel más bajo posible porque, de lo contrario, volverán a registrarse en el ciclo 2024/25 problemas similares a los ocurridos en la presente campaña. Es en este contexto instituciones referentes del sector nos hemos agrupado y constituido el comité #SalvemosAlMaíz con el objetivo de informar y concientizar a todos los actores de la cadena del maíz sobre esta problemática. Consideramos fundamental adoptar las siguientes medidas:
- Vacío sanitario, 90 días previos a la fecha regional de siembra, diciembre/enero.
- Control permanente de maíz guacho o voluntario.
- Monitoreo de la población del insecto vector previo a la siembra y durante las etapas iniciales del cultivo.
- Elegir los híbridos menos susceptibles.
- Concentración de fecha de siembra en los meses más apropiados (fines de diciembre hasta mediados de enero).
En síntesis, o nos salvamos todos o no se salva nadie. Debemos considerar que ninguna medida aislada es eficaz. No se trata de un problema que pueda resolverse de manera individual. Tenemos que aprender a convivir con la plaga, pero la clave es aprender a gestionarla para mantener un nivel de población bajo que sea controlable. Lograr reducir la población será el reflejo no sólo de un mejor manejo a nivel integral sino también y fundamentalmente del esfuerzo generalizado en la región siendo imperioso el trabajo coordinado entre los gobiernos provinciales.
(Fuente: Suena a Campo)