La Eeaoc logró generar plantines de frutilla libres de enfermedades sistémicas

El trabajo fue realizado por técnicos de la sección Biotecnología de la entidad. Esto mejora la sanidad y el rendimiento de las plantas en el campo, y se traduce en una importante caída de los costos de producción.

La producción de plantines saneados de frutilla -libres de enfermedades sistémicas- es un hecho. Así lo confirman los trabajos realizados por Aldo Noguera, por Nora Paz, por Natalia Ovejero y por Francisca Perera, técnicos de la sección Biotecnología, de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc). En los estudios -publicados por la revista Avance Agroindustrial de la entidad- se describen las distintas etapas del proceso y los resultados obtenidos durante la campaña 2023-2024, que evidencian altos niveles de sanidad y fidelidad genética. La iniciativa apunta a reducir la dependencia del germoplasma importado, a mejorar la sanidad de los cultivos y a optimizar la productividad de este cultivo en el país.

Las enfermedades causadas por patógenos sistémicos en frutilla (Fragaria x ananassa) constituyen uno de los principales problemas sanitarios que afectan esta producción a nivel mundial, debido a que se propaga en forma agámica (asexual).

Son frecuentes las enfermedades producidas por virus, fitoplasmas, bacterias y hongos transmitidos por nematodos, trips, moscas blancas, pulgones y áfidos, presentes habitualmente en viveros y plantaciones.

Los virus patógenos strawberry crinkle virus (SCV), strawberry mild yellow edge virus (Smyev), strawberry mottle virus (SMoV) y strawberry polerovirus (SPV), por ejemplo, producen deformaciones, enanismo, clorosis y manchas necróticas que provocan una disminución del número y tamaño de los frutos y las consiguientes pérdidas de producción y calidad.

El control de la presencia de plantas infectadas que resultan fuente de inóculo, así como la de insectos vectores -en especial, en viveros-, resulta fundamental. Los principales viveristas importan germoplasma (desde España o desde EEUU), y a pesar de la supervisión del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) es muy difícil evitar totalmente la introducción de virosis o de otras enfermedades.

La decisión de encarar localmente la producción de material de propagación saneado se ha tomado precisamente a raíz de esta situación que enfrentan los viveristas, con las consecuencias negativas que afectan la producción.

El objetivo del proyecto -actualmente activo en la Eeaoc- es producir plantines madre de frutilla sanos mediante la técnica de micropropagación a partir de meristemas. Este proceso permite obtener plantines libres de virus y de enfermedades sistémicas, lo que mejora la sanidad y el rendimiento de las plantas en el campo. Eso se traduce, además de las mejoras sanitarias, en una importante disminución de los costos del proceso productivo.

El proceso de micropropagación de frutilla ya formaba parte de la experiencia de los laboratorios de la institución como resultado de trabajos experimentales previos realizados con fines académicos.

El proceso consta de diferentes etapas:

• 1.- Preparación del material inicial (etapa 0): los genotipos fueron provistos por Antonio Ortega, quien los introdujo desde España por medio del Senasa, luego de haber cumplido la cuarentena. Con este material seguro se establecieron plantas madre en el invernadero de la sección Biotecnología de la Eeaoc.

• 2.- Implantación de meristemas (etapa 1): se seleccionaron meristemas a partir de estolones jóvenes, los cuales se implantaron en medios de cultivo estériles. Cada meristema generó una línea de cultivo que se identifica para asegurar la trazabilidad del proceso.

• 3.- Multiplicación (etapa 2): se indujo la proliferación de brotes en medios de cultivo adecuados. En esta etapa se llevó a cabo el chequeo sanitario en el Instituto de Patología Vegetal (Ipave) en Córdoba, para asegurar la ausencia de virus. Solo las líneas que resultaron negativas para todos los patógenos evaluados continuaron el proceso de micropropagación masiva.

• 4.- Enraizamiento (etapa 3): en el caso de la frutilla, esta etapa resulta relativamente sencilla, ya que durante el proceso de multiplicación el material va formando raíces, por lo que en la mayoría de los casos no fue necesario utilizar un medio de cultivo especial.

• 5.- Aclimatación (etapa 4): las plantas enraizadas se extrajeron de los frascos y se trasplantaron en bandejas para su aclimatización, también en el invernadero de la sección Biotecnología, durante aproximadamente unos 30 a 40 días. En esta etapa se realizó la evaluación de la variación somaclonal, para lo cual se emplearon marcadores moleculares que permitieron monitorear la aparición de variación genética por comparación de los perfiles de los plantines propagados y sus plantas madre, asegurando una similitud de al menos 95% con el genotipo original.

Posteriormente, las plantas aclimatadas se trasladaron a Tafí del Valle, donde se indujo la estolonización bajo condiciones controladas y cobertizos con tela antiáfidos. Se plantaron en canteros sobrenivel (aproximadamente cuatro plantas por m²), en sustrato comercial estéril para inducir la estolonización y multiplicación del material.

Este proceso duró alrededor de ocho meses, al cabo de los cuales las plantas se cosecharon, se clasificaron por categorías -madre, primera y segunda- y se acondicionaron en bolsas plásticas microperforadas en cámara fría a una temperatura de entre -1° C y 1° C, hasta la entrega a los viveristas para su plantación y multiplicación en suelo en el sur del país.

Estos viveros son los proveedores de plantas para la producción comercial que se lleva a cabo en diferentes zonas de Argentina; principalmente, en Tucumán y en Santa Fe.

Fuente: La Gaceta

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